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Entretenimiento

Oprah Winfrey: el confesionario colectivo en Estados Unidos

Por cnninvitationsaccount

Por Breeanna Hare

(CNN) — Si Oprah Winfrey fuera tu amiga íntima y tuvieras que contar un secreto, ella sería la elección evidente para conseguir alivio, no necesariamente porque no lo difundiría, sino porque probablemente sostendría tu mano, aliviaría la tensión, escucharía con empatía y no te haría sentir mal si tu secreto es vergonzoso. Es posible que ambos derramen unas cuantas lágrimas.

Ese es el personaje que Winfrey ha creado durante los años en los que pasó de ser conductora novata del programa de televisión AM Chicago hasta volverse la reina de la televisión diurna con The Oprah Winfrey Show y actual directora ejecutiva de la cadena OWN, Oprah Winfrey Network. Es inspiradora, cándida sin ser grosera y tan vulnerable como puede serlo un multimillonario titán de los medios.

Kathryn Lofton, profesora de Estudios Religiosos y Americanos en la Universidad de Yale, dijo a The Globe and Mail: “Uno de los principales productos de Oprah es la redención. Vendió la experiencia de la confesión, de escuchar la historia más oscura de alguien y ofrecerle una posibilidad del consuelo al contarla”.

Como resultado, Winfrey ha inspirado una buena cantidad de confesiones televisadas, tanto de invitados cotidianos como de personalidades de renombre. Si tienes que confesarte y encontrar un nuevo camino, Winfrey es la persona adecuada para mostrarte cómo hacerlo.

Lance Armstrong, el ciclista caído en desgracia, es la celebridad que ha visitado a Winfrey recientemente para una charla sin reservas que se empezará a transmitir el jueves por la noche a través de su televisora.

En la entrevista grabada anteriormente, se espera que Armstrong reconozca que usó sustancias para mejorar su desempeño a lo largo de su célebre carrera y dé un giro de 180 grados después de que negó consistentemente las acusaciones de dopaje. Despojado de sus siete títulos del Tour de Francia y vetado en el deporte, Armstrong no solo se enfrenta a un enorme obstáculo de relaciones públicas, sino también a las posibles ramificaciones legales.

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Aunque Winfrey ha dicho que nunca había hecho una entrevista tan grande en términos de exposición, tiene la fama de ser la persona a la que las celebridades acuden para confesarse en una entrevista. Anteriormente hemos visto invitados notables en Oprah que necesitan deshacerse de un peso, abordar errores, renovar su imagen o todas las anteriores.

Después de que en un video parecía que se había atrapado a Sarah Ferguson, duquesa de York, obteniendo dinero a cambio de información acerca de su exmarido, Ferguson acudió con Winfrey. Ellen DeGeneres se aseguró de ir al programa Oprah cuando decidió revelar su homosexualidad en 1997. DeGeneres incluso invitó a Winfrey a hacer un cameo en su programa de comedia, Ellen.

También tuvo una charla con la exestrella de atletismo, Marion Jones, luego de que salió de prisión en 2008 —memorable porque la atleta rompió en llanto— y la discusión franca y a ratos perturbadora con Whitney Houston acerca del consumo de drogas en 2009.

A través de un correo electrónico, Sean Cassidy, presidente de la firma de relaciones públicas DKC, dijo acerca del atractivo de Winfrey: “Oprah es famosa por dar al entrevistado un tiempo justo y crear un ambiente relajado. Le da al sujeto mucha libertad y mucho espacio para hablar”.

Estas reuniones no siempre dan las respuestas que el público espera, pero Winfrey tiene la habilidad de crear una afinidad con sus invitados que al menos hace que el programa sea fascinante. (Prueba A: Tom Cruise sintiéndose tan cómodo con Winfrey que pensó que era correcto saltar en su sofá mientras profesaba su amor por Katie Holmes).

Un ejemplo más: David Letterman confesó ante Winfrey la semana pasada que tenía depresión y habló del escándalo que provocó cuando reconoció que había dormido con miembros de la producción de su programa nocturno de televisión. “No puedo culpar a nadie más que a mí mismo”, dijo Letterman a Winfrey al expresar la clase de introspección que los espectadores quieren ver.

“En el caso de Letterman, y ciertamente en el de Lance Armstrong, está explorando un comportamiento muy incómodo, dañino y vergonzoso”, prosiguió Cassidy. “Los individuos que se enfrentan a estas situaciones se incomodan con un interrogatorio veloz: se cierran, parecen rígidos o se apegan a un guión. Oprah es capaz de crear una atmósfera que facilita esta clase de entrevistas incómodas”.

Eso puede deberse en parte a su estilo de poner el énfasis en la renovación y la transformación; en algunos casos instruye a los participantes acerca de cómo reparar el daño para salir adelante y dar espacio a una “mejor vida”.

“Oprah en realidad confía en esta idea del confesionario como medio para ofrecer una disculpa, como una forma de transformarte… y mejorar las cosas”, dijo Catherine Squires, profesora de Periodismo, Diversidad e Igualdad en la Fundación Cowles de la Universidad de Minnesota. “Todas las celebridades que dan consejos y que surgieron gracias a ella, como Dr. Phil y Dr. Oz, hablan de asumir la responsabilidad de uno mismo, de concentrarse en la idea de que todos tienen que descubrir la fórmula mágica para volverse mejores personas”.

Ciertamente, el mejor resultado que puede obtener cualquiera que haya pasado por una sesión de confesión con Winfrey sería la oportunidad de oprimir el botón de reinicio, una meta que puede haber tenido peso para que Armstrong decidiera presentarse a hablar con Winfrey.

Este martes, durante una entrevista en el programa CBS This Morning, ni siquiera Winfrey pudo aclarar por qué Armstrong decidió presentarse en este momento, pero dijo que sería una entrevista difícil y que Armstrong “la pidió”. Ese eufemismo puede no haber satisfecho a los escépticos, quienes han señalado que hablar con Armstrong acerca de sus faltas no será lo mismo que explorar los deslices de una estrella pop.

“La mayor crítica que reciben sus entrevistas es que no es agresiva”, dijo la editora de TVGuide.com, Joyce Eng. “Cuando se supo que Lance haría esta entrevista, no sorprendió a nadie porque ella no lo va a atacar. Si ves el avance del siguiente capítulo de Oprah, puedes ver a Rihanna llorando. Se espera que no sea dura con él”.

La misma Winfrey dijo que se preparó para esta entrevista como si se tratara de un examen para la universidad y preparó 112 preguntas, aunque no pudo hacerlas todas.

Sin embargo, Squires, de la Universidad de Minnesota, insinuó que tal vez la entrevista de Winfrey en la cadena CBS fue la confesión más interesante de todo este asunto. Después de todo, no puede pasarse por alto que para la magnate de los medios esta es una gran oportunidad para mostrarse y ayudar a los televidentes a encontrar su nueva cadena de televisión por cable.

“Es interesante que haya dado entrevistas acerca de la entrevista con Armstrong… Cuando tenía su propio programa de televisión diurna, no habría tenido que recurrir a la promoción en prensa o a la publicidad porque todo el mundo habría sabido que Lance Armstrong estaría en Oprah”, dijo Squires. “Su cadena no tiene la cantidad de televidentes que tenía su programa, así que haber obtenido la entrevista con Lance Armstrong sirve tanto para demostrar que aún conserva su atractivo como para ver si el público perdonará a Armstrong o si será indultado por las personas que lo están investigando”.