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Música

OPINIÓN: Lo rescatable de que J.Lo le haya cantado a un dictador asiático

Por cnninvitationsaccount

Por John D. Sutter

Nota del editor: John D. Sutter es columnista de CNN Opinion y jefe de Change the List de CNN.

(CNN) — La estrella pop estadounidense Jennifer López ha recibido todo tipo de críticas después de su presentación del sábado pasado, en la que cantó "Feliz Cumpleaños, Sr. Presidente" a uno de los dictadores más tristemente célebres del mundo: Gurbanguly Berdymukhamedov, de Turkmenistán.

"Fue un placer para nosotros y le deseamos el más feliz de los cumpleaños", dijo López en un video de YouTube de la presentación. Esa declaración parece burda, por supuesto, si sabemos que Berdymukhamedov ha sido acusado de encarcelar a disidentes políticos y de imponer "restricciones draconianas sobre la libertad de expresión y de asociación", de acuerdo con Human Rights Watch y, según The Atlantic, es el responsable de ordenar a sus subordinados matar o eliminar a los gatos callejeros.

"¿Cantar feliz cumpleaños a un dictador mientras que los disidentes y periodistas mueren en sus cámaras de tortura?", escribió en Twitter el abogado de derechos humanos Ronan Farrow (hijo de la actriz Mia Farrow). "Todavía eres Jenny from the block, @JLo?".

Seguido de un tuit con un juego de palabras sobre la visita de la estrella del pop al país del ex bloque soviético, que se encuentra entre Irán, Uzbekistán y Afganistán.

"Mejor dicho, Jenny del bloque, cierto?", escribió.

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La crítica está plenamente justificada. Pero podría haber algo positivo aquí: cuando J.Lo u otras celebridades se mezclan, sin saberlo (sí, aparentemente sin saberlo: un publicista dijo a CNN que "de haber sabido algo sobre cualquier tipo de problema relacionado con los derechos humanos, Jennifer no se habría presentado". ¡Esto en la era de Google!) en embrollos de derechos humanos, se crea una especie de conciencia. El concierto en Turkmenistán al menos nos ofrece la oportunidad de aprender algo acerca de una nación desesperada que nunca hubiera llegado a los titulares estadounidenses si no hubiera sido por la presentación de esta celebridad.

Levante la mano quién podría haber pronunciado (mucho menos deletreado) el nombre del presidente de Turkmenistán hace unos días. Considerando el control que ejercen las autoridades sobre el uso del internet en ese país, asumiré que usted no es de ahí y que no sabía casi nada de ese lugar.

Ahora que tenemos (es decir, que Jennifer tiene) su atención, considere estos aleccionadores hechos:

Freedom House clasifica a Turkmenistán como uno "de los peores" países. El grupo dice que "no existe una democracia electoral" ya que "ninguna de las elecciones del país han sido libres o justas". Además, "las oportunidades educativas y de empleo para las minorías étnicas son limitadas por la promoción del gobierno de la identidad nacional de los turcomanos. El derecho de tránsito está restringido y hay una lista negra que prohíbe a algunas personas salir del país. Las normas religiosas y sociales tradicionales, una educación inapropiada y las condiciones económicas de pobreza limitan las oportunidades profesionales para las mujeres, reportes anecdóticos sugieren que la violencia doméstica es común".

Human Rights Watch acusa a Turkmenistán de encarcelar y silenciar a la figuras de la oposición política. "Como resultado de más de dos décadas de utilizar la práctica gubernamental de aprisionar como una herramienta para la represalia política", dice el grupo, "un número desconocido de personas decae en las cárceles turcomanas por lo que parecen ser cargos motivados por cuestiones políticas. Durante el pasado Universal Periodic Review (UPR), un proceso para revisar cuestiones de derechos humanos en los países miembros de la Naciones Unidas, el gobierno rechazó una importante recomendación de 'dar cuenta de los prisioneros cuyo destino es desconocido'. El paradero de varias docenas de prisioneros enjuiciados por el presunto intento de asesinato en noviembre de 2002 del entonces presidente Saparmurat Niyazov todavía es desconocido y ni siquiera sus familias saben de ellos".

Turkmenistán es básicamente Corea del Norte con petróleo, como escribe Robert Kelly en el blog Asian Security (agradecimiento a Max Fisher por hacerlo notar. Específicamente, Kelly dice que a Corea del Norte se le conoce como Turkmenistán sin petróleo").

Berdymukhamedov (aquí hay una guía de pronunciación de Voice of America) odia a las mascotas y a los humanos. Eurasianet cita un cable diplomático publicado por Wikileaks: "Existen informes sobre un incidente reciente en el cual un automovilista cruzó una intersección frente al convoy del presidente Berdymukhamedov cuando se trasladaba por Ashgabat. Varios funcionarios de alto nivel de la policía fueron despedidos después de este incidente y presuntamente el conductor del vehículo fue golpeado y acusado de intento de asesinato. En otro incidente, un funcionario militar fue destituido después de que un gato corrió frente al automóvil del presidente cuando viajaba hacia su dacha, una palabra de origen ruso para describir una casa de campo o segunda casa".

La embajada de Turkmenistán en Washington no contestó llamadas o correos electrónicos la mañana del martes.

Sería fácil argumentar que la presentación de López solo sirvió para legitimar al gobierno de Turkmenistán. O que haría posible la caracterización del país (de manera imprecisa) como un lugar moderno y acogedor: el tipo de sociedad abierta y lista para el espectáculo, que ama la libertad y baila para "componerse". Sin embargo sucedió exactamente lo contrario.

La gente aprende algunas cosas sobre qué tan desesperado está Turkmenistán.

Y la visita de una diva a un opresor puede crear más que conciencia. Después de ser avergonzados públicamente por actuar en nombre del gobierno del dictador libio Moammar Ghadafi, Beyoncé, Usher, Mariah Carey y Nelly Furtado anunciaron en 2011 que donarían o donaron el dinero que recibieron a organizaciones de beneficencia.

J.Lo debería hacer lo mismo, sugirió el columnista de The New York Times, Nicholas Kristof. De hecho, eso significaría que, sin quererlo, el dictador de Turkmenistán financiaría las causas en pro de los derechos humanos. Y sería una señal de que la cantante también aprendió algo de esta experiencia.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a John D. Sutter.