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Religión

Los siete rasgos de un nombre sagrado para los católicos: María

Por CNN Español

(CNN Español) -- El nombre María evoca en todo el catolicismo a la amorosa madre de Jesús, y en cierta forma, de todos los que creen en su poder como mujer elegida por Dios para darle la vida al que los cristianos consideran su redentor y que partió la historia de la humanidad en dos eras.

No, obstante, y según lo informa la agencia ACI Prensa, no siempre hubo una devoción tan grande hacia la Virgen, hasta el punto de que los jansenistas, miembros de una corriente católica del siglo XVI, la consideraran casi como una superstición.

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En el siglo XVIII, en defensa de esta importantísima figura salió el doctor de la Iglesia Alfonso María de Ligorio, quien en su libro Las Glorias de María describió siete virtudes de ese sagrado nombre, el más popular en los últimos cien años en Estados Unidos registrado en 3.455.228 bautizos, según la Administración de Seguridad Social.

El papa Francisco en el Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal. (TIZIANA FABI/AFP/Getty Images)

1. Es un nombre santo

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Según ACI Prensa, San Alfonso María de Ligorio asegura en su escrito que "el augusto nombre de María, dado a la Madre de Dios, no fue cosa terrenal, ni inventado por la mente humana o elegido por decisión humana, como sucede con todos los demás nombres que se imponen. Este nombre fue elegido por el cielo y se le impuso por divina disposición". Según la tradición, el significado del nombre María es "la elegida por Dios".

2. Dulzura

El santo napolitano, en su recopilación, encuentra que el nombre de María está relacionado con regocijo, amor, piedad, misericordia y dulzura. San Antonio de Padua, en su famosa oración mariana, dice "señora, tu nombre es suspiro del alma (...) miel en la boca, melodía para los oídos". El Cantar de los Cantares, en su profecía sobre la Asunción de María, asegura que los ángeles preguntaron tres veces: "¿Quién es ésta que sube del desierto como columnita de humo? ¿Quién es ésta que va subiendo cual aurora naciente? ¿Quién es ésta que sube del desierto rebosando en delicias?".

3. Alegre e inspirador de amor

Para los católicos, el poderoso nombre ablanda los corazones porque "conforta a los pecadores con la esperanza del perdón y de la gracia", según la deducción que hace San Alfonso María de Ligorio de los pensamientos de San Metodio, San Buenaventura y Raymundo Jordano, sabio de la Edad Media conocido durante varios siglos como El Idiota.

Aspecto de un afiche del papa Francisco entre imágenes de la Virgen María en Fátima. (Crédito: FRANCISCO LEONG/AFP/Getty Images)

4. Otorgador de fortaleza

Hasta los demonios le temen a la simple pronunciamiento del nombre de María, según el testimonio de San Alfonso María de Ligorio de afirmaciones escritas por el clérigo alemán Tomás de Kempis. La sola invocación del nombre mariano aleja a los demonios del alma y le da la bienvenida a los ángeles y demás bendiciones.

5. Invocar el nombre de María garantiza las promesas de Jesús

"Quien invoque el nombre de María con confianza y propósito de la enmienda, recibirá estas gracias especiales: un perfecto dolor de sus pecados, expiarlos cual conviene, la fortaleza para alcanzar la perfección y al fin la gloria del paraíso", dice San Alfonso María de Ligorio en "Las Glorias de María". Incluso cita a San Efrén, quien en su oración dice: "(Eres) la llave que nos abre las puertas del paraíso".

6. Brindador de consuelo

Invocar el santo nombre de María, como el de Jesús, da a los católicos consuelo, paz, incluso en los momentos más cruciales. "San Camilo de Lelis recomendaba muy encarecidamente a sus religiosos que ayudasen a los moribundos con frecuencia a invocar los nombres de Jesús y de María como él mismo siempre lo había practicado; y mucho mejor lo practicó consigo mismo en la hora de la muerte", consigna San Alfonso María de Ligorio, según ACI Prensa.

7. Buena aventura

El pronunciar este santo nombre en la hora última de los católicos los alista para el descanso eterno y la llegada al paraíso. "Roguemos pues, mi devoto lector, roguemos a Dios nos conceda esta gracia, que en la hora de la muerte, la última palabra que pronunciemos sea el nombre de María", concluye San Alfonso María de Ligorio.

Con información de ACI Prensa