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Tiroteos

El atacante de Texas escapó de un centro de salud mental: estos son los nuevos detalles

Por Holly Yan, AnneClaire Stapleton

(CNN) –  Devin Patrick Kelley, el hombre que disparó  en una iglesia bautista de Texas y asesinó a 26 personas, está muerto, pero los detalles de su pasado siguen encendiendo las alarmas.

Ahora sabemos que escapó de un centro de salud mental, luego de introducir armas furtivamente en una base de la Fuerza Aérea y de amenazar a los comandantes. Pero eso no fue suficiente para impedirle que después pudiera comprar legalmente cuatro armas.

También conocemos que golpeó a su exesposa, agredió a su hijastro, publicó en línea sobre su rifle y la afinidad que sentía acerca de los tiroteos masivos. Además, que recientemente molestó a su vecino durante varias mañanas seguidas con disparos rápidos en su propiedad.

Ninguno de estos hechos traerá de vuelta a las 25 personas que mató, además de un bebé que estaba por nacer. Pero los sobrevivientes del peor tiroteo masivo que ha vivido Texas quieren asegurarse de que esto nunca vuelva a suceder.

“Un tipo que se veía miserable”

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Días antes de que Kelley perpetrara la masacre, trabajaba como guardia de seguridad en el resort Summit Vacation de New Braunfels. Una de las familias que se topó con él tiene muy malos recuerdos.

Chuck Jackson aseguró que Kelley se quedó sin palabras cuando le preguntó si sus dos hijos pequeños podían usar la piscina.

“Él no era normal. Era muy extraño”, le aseguró Jackson a la afiliada de CNN KSAT. Según señaló, Kelley “era un tipo que simplemente parecía miserable en la vida”.

“Lucía enojado. Se veía irritado con nosotros y parecía que quisiera ejercer cierta autoridad”, le relató la hermana de Jackson, Elizabeth Nitz, a KSAT.

Jackson y Nitz también dijeron que sus familiares en el resort comentaron lo espeluznante que resultaba Kelley.

Las señales de alarma

Kelley tenía un pasado problemático y era propenso a la violencia doméstica y a la crueldad animal, según los registros públicos y quienes lo conocían.

Durante su tiempo en la Fuerza Aérea, estuvo involucrado en "múltiples situaciones de abuso doméstico" contra su exesposa e hijastro, indicó Don Christensen, un coronel retirado de la Fuerza Aérea.

Bajo prisión preventiva, Kelley fue internado en el centro civil Peak Behavioral Health Systems, en Nuevo México, mientras esperaba su juicio militar en 2012, pero logró escapar unos días después, de acuerdo a los documentos del Departamento de Policía de El Paso, que fueron obtenidos por la afiliada de CNN KVIA, y a dos oficiales de la Fuerza Aérea.

Cuando los oficiales fueron llamados para encontrar a Kelley, se les advirtió que él era peligroso para sí mismo y para los demás y que había lelvado armas de fuego en la Base de la Fuerza Aérea de Holloman. Según los informes, también había amenazado a sus comandantes.

Se le dio de baja por "mala conducta”, después de que se declarara culpable de cargos de agresión, admitiendo que golpeó a su entonces esposa e hijastro, dijeron las autoridades.

Tras su liberación en 2014, Kelley llegó al condado de El Paso, Colorado, donde fue arrestado por un cargo de crueldad animal. Un vecino le informó a la policía que vio a Kelley golpeando a un perro, agarrándolo por el cuello y luego arrastrándolo. Kelley negó el delito y recibió una citación, pero no pasó ningún tiempo en la cárcel.

Las redes sociales de Kelley también sugirieron una fascinación por los tiroteos masivos, confirmó un funcionario policial.

Las víctimas

El Departamento de Seguridad Pública de Texas publicó los nombres de todas las víctimas que murieron en el tiroteo. La lista incluye ocho niños y un bebé sin nacer, quien se iba a llamar Carlin Brite "Billy Bob" Holcombe.

Este miércoles, once de las personas heridas continuaban hospitalizadas, según las declaraciones del Centro Médico Brooke Army y del Hospital Universitario de San Antonio.

Aunque el médico forense local no ha terminado de identificar a todas las personas que murieron en el tiroteo, los familiares y amigos cercanos de las víctimas empezaron a compartir sus historias.

Los esposos Robert y Karen Marshall se habían mudado recientemente a Texas, provenientes de Pensilvania, y estaban visitando la iglesia por primera vez cuando ocurrió la masacre.

Robert Scott Marshall era un veterano, y Karen también estaba en el servicio. Ella planeaba retirarse, según le informó el padre de su esposo, Robert Marshall, a la afiliada de CNN KDKA.

Judy Green, miembro de la iglesia, visitó un homenaje para las víctimas. Algunos de los miembros de su familia fueron asesinados, incluida Annabelle Pomeroy, de 14 años, hija del pastor de la iglesia.

"No tengo palabras para mi pérdida, para la pérdida para todos", le señaló Green a la afiliada de CNN KSAT.

Así que llevó flores para honrar a la adolescente. "Sé que Annabelle amaba las rosas de color rosa y morado”, explicó.

Los servicios de la iglesia continuarán

A pesar de perder a la mitad de su congregación en la masacre, la Primera Iglesia Bautista ofrecerá su servicio este domingo en un centro comunitario contiguo. Sus miembros, usualmente vestidos con camisetas y jeans, han sido durante mucho tiempo incondicionales con la comunidad: ayudan a alimentar a los necesitados y limpian la propiedad de los vecinos después de las tormentas.

"No tienen mucho dinero, pero siempre están dispuestos a dar", explicó Mike Clements, pastor de una iglesia cercana.

Ahora, los pastores de las comunidades vecinas se están uniendo para ayudar a organizar el próximo servicio de la iglesia afectada.

“¿Cómo lo alejo de mi iglesia?”

Kelley tenía numerosos vínculos con la iglesia en Sutherland Springs, Texas, que atacó este domingo. Tenía una disputa con sus suegros de su matrimonio actual, quienes asistían a este lugar. Además, había amenazado por mensaje de texto a su suegra, pero ella no se encontraba dentro de la iglesia cuando Kelley perpetró el tiroteo.

De hecho, él mismo había asistido a este lugar en el pasado, pero no era bienvenido allí, según informó el sheriff del condado de Wilson, Joe Tackitt. El funcionario aseguró que el pastor Frank Pomeroy vio a Kelley en eventos de la iglesia y lo describió como "una persona que no es buena para estar cerca de ella".

“Él no creía que fuera una buena persona y no lo quería cerca a su iglesia”, dijo Tackitt sobre el pastor. “Pero también se preguntaba, ‘¿cómo lo alejo de mi iglesia?’”, añadió.

Ray Sanchez, Madison Park, Nicole Chavez, Doug Criss y Justin Lear contribuyeron a este informe.