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Política

Secretario presidencial de la Casa Blanca renunció tras denuncias por abuso doméstico a sus exesposas

Por Kevin Liptak, Betsy Klein, Kaitlan Collins

(CNN) – El secretario de la oficina presidencial de Estados Unidos Rob Porter –un alto asistente de Donald Trump– renunció este miércoles a su cargo, según confirmó la Casa Blanca, tras denuncias de sus dos exesposas por abuso doméstico.

Porter negó las acusaciones en un comunicado emitido después de su renuncia.

“Estas acusaciones indignantes son simplemente falsas”, aseguró en el pronunciamiento. “He sido transparente y sincero acerca de estas afirmaciones viles, pero no me involucraré más públicamente en una campaña coordinada de difamación”, añadió.

Porter dimitió pese a las objeciones del secretario general de la Casa Blanca John Kelly y de otros más, dijo un funcionario de ese lugar.

“Rob Porter es un hombre de integridad y honor verdaderos y no puedo mencionar todas las cosas buenas acerca de él. Es un amigo, un confidente y un profesional de confianza. Me siento orgulloso se servir junto a él”, sostuvo Kelly en un comunicado.

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Las acusaciones contra Porter fueron reportadas inicialmente por el diario Daily Mail a principios de esta semana.

Su último día en el cargo aún no se ha fijado, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, quien agregó que Porter se quedará para garantizar una transición sin problemas a su sucesor.

Porter, graduado de la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard y académico de Rhodes, trabajó previamente para los senadores republicanos Orrin Hatch, Rob Portman y Mike Lee.

Las dos declaraciones de Hatch

Este martes, el senador Orrin Hatch publicó un comunicado en el que apoyaba fuertemente a Porter, su exasesor. En ese momento, se refirió a los reportes como un “vil ataque” y una “campaña cínica para desacreditar su reputación”.

Sin embargo, después de la renuncia de Porter y nuevos informes sobre las acusaciones de abuso, Hatch emitió otra declaración este miércoles. Un asistente del senador le dijo a CNN que el pronunciamiento inicial de este martes –que la Casa Blanca les envió a los periodistas junto a otros comunicados de apoyo a Porter– ya no aplica.

“Estoy afligido por las acusaciones de hoy. En cada interacción que he tenido con Rob, él ha sido cortés, profesional y respetuoso. Mi personal lo amaba y él era un asesor de confianza. No conozco los detalles de la vida personal de Rob. La violencia doméstica, en cualquiera de sus formas, es abominable. Estoy rezando por Rob y aquellos involucrados”, dijo Hatch.

El cargo en la Casa Blanca

Porter llegó a la Casa Blanca al principio del gobierno de Trump pese a no ser muy conocido por el presidente, como sí lo eran otros altos funcionarios del Ala Oeste.

Bajo el cargo de secretario de la oficina presidencial, la responsabilidad de Porter recaía principalmente en el flujo de documentos que llegaba al escritorio de Trump, incluida la ola de decretos ejecutivos y acciones que el mandatario firmó durante el primer mes de su gobierno. Además, al ser abogado, Porter también participó en el proceso de verificación legal de los innumerables documentos que necesitan la firma del presidente.

El papel de Porter estuvo fuera del radar por un tiempo y el propio Trump permaneció sin familiarizarse con él durante semanas, antes de que su rol fuera explicado. El presidente quedó impresionado con las credenciales educativas de Porter –que incluyen títulos de Harvard y Oxford–, señaló una persona cercana al tema.

Cuando Kelly reemplazó a Reince Priebus como secretario general de la Casa Blanca, el cargo de Porter se expandió. Kelly impuso un estricto sistema de flujo de información para el presidente, elevando así la importancia que tenía la labor de Porter en la gestión de los documentos, recortes de prensa y libros de información que ingresaban a la Oficina Oval.

También fue visto como un árbitro neutral entre las facciones enfrentadas del Ala Oeste, ayudando a cerrar las brechas entre quienes trabajaron en la campaña de Trump y aquellos asesores que llegaron de otros círculos republicanos. Kelly, en particular, consideraba a Porter como un hombre de confianza que impondría su sistema de orden incluso en su ausencia.

Porter comenzó a viajar con más frecuencia en el séquito de Trump, incluido el viaje del mes pasado al Foro Económico Mundial en Davos. El propio Kelly se quedó en Washington, al igual que el principal asesor de política, Stephen Miller.

Una persona cercana a la dinámica del Ala Oeste dijo que Porter había expresado interés en una posición política elevada durante las últimas semanas. En meses recientes, empresas del sector privado lo habían contactado con ofertas para que dejara el gobierno –y él las había considerado–, pero le dijo a sus colegas a principios de este año que no planeaba salir de la Casa Banca, aseguró la persona.

Los secretarios de la oficina presidencial desempeñan una labor importante en el Ala Oeste, a pesar de que la posición ha variado. Durante el gobierno del expresidente Barack Obama, el cargo bajo de categoría al título de “asistente adjunto del presidente”. Trump restableció el trabajo como “asistente del presidente”.

Ashley Killough, Jeff Zeleny y Noah Gray contribuyeron a este informe.