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El Apunte de Camilo

Nicaragua: la revolución carcomida

Por Camilo Egaña

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) -- La presión popular ha obligado al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a dar marcha atrás y anular la polémica reforma a la Seguridad Social, que para los afectados, nada tiene de segura ni de social porque reduciría las pensiones.

Ortega no ha mencionado a los muertos ni a los heridos. Su mujer, Rosario Murillo, que es la vicepresidenta –All in the family—, se ha referido a los manifestantes como vampiros.

Mientras tanto, la gente derriba los árboles de la vida, unas gigantescas estructuras de acero -que desde 2013 y bajo el auspicio de la vicepresidenta- ‘’la compañera Rosario”, fueron erigidas y convertidas en símbolo de la revolución.

Caen los arboles de la vida y la gente grita y salta de alegría.

Esos árboles de la vida, que por cierto me dicen mis amigos nicas que son muy caros para un país tan pobre, están inspirados en los cuadros de Gustav Klimt y en el árbol del Génesis bíblico, pero son mal vistos en la Nicaragua de hoy porque muchos los relacionan con el inmenso poder de la vicepresidenta, que mezcla el catecismo marxista más rancio con el misticismo New Age.

Lo hace casi a toda hora en los medios de comunicación, donde aparece en calidad de portavoz del gobierno.

Lo que está ocurriendo en Nicaragua demuestra que las revoluciones, como Saturno, terminan devorando a sus hijos y que las grandes palabras no garantizan nada en esta vida, si no las apuntala un andamiaje ético a prueba de carcomas.