La mujer que denunció a Strauss-Kahn pide justicia
La mujer que acusa al ex director gerente del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn de agredirla sexualmente insistió en que "dice la verdad con todo su corazón", en una entrevista emitida este lunes.
"Quiero justicia. Quiero que vaya a la cárcel", dijo Nafissatou Diallo a la cadena ABC. "Quiero que aprenda que no se puede usar el poder para hacer cosas como ésta", agregó.
La mucama de 32 años, cuya credibilidad fue cuestionada por la fiscalía y los abogados de Strauss Kahn, dijo que quedó aterrada al enterarse de lo poderoso que era ex jefe del FMI.
Cuando vio las noticias y se enteró de que el hombre al que acusaba era además el principal candidato a la presidencia de Francia, Diallo comenta: "Me dije ¡Dios mío! Lloraba. Y me dije: Me van a matar, voy a morir". Esto, porque en su Guinea natal, acusar a un "hombre poderoso como este" puede poner en peligro tu vida, explicó.
La decisión de Diallo de hablar públicamente mientras está en marcha una investigación criminal es algo inusual. Hasta ahora ha hablado con ABC y la revista Newsweek.
Hasta ahora CNN no había identificado a Diallo por la política de la cadena de no identificar a las presuntas víctimas de abuso sexual. Pero eso ha cambiado ahora con su decisión de declarar públicamente.
El 14 de mayo, Diallo acusó a Strauss-Kahn, de atacarla e intentar violarla en el Hotel Sofitel de Manhattan, en el que ella trabajaba como empleada de limpieza. El fue procesado por abuso sexual e intento de violación, y se declaró no culpable de todos los cargos.
Strauss-Kahn insiste en que su encuentro con Diallo fue consensuado.
El 1 de julio, un juez dejó en libertad al ex jefe del FMI, que estaba bajo arresto domiciliario, después de que la fiscalía presentara pruebas de que Diallo admitió haber mentido sobre detalles de su paradero después del incidente y también sobre su pasado.
Strauss-Kahn había sido arrestado inicialmente en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York cuando estaba a punto de despegar rumbo a París, un arresto que generó reacciones en todo el mundo y propició su renuncia al frente del FMI, además de descarrilar sus ambiciones presidenciales en Francia.