arrow-downcloseCNNEcomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Tenis

Ser la número uno del tenis, ¿tiene una maldición?

Por Juan Andrés Muñoz

Llegar a la posición más alta del ranking mundial en el deporte de tu preferencia es el pináculo de los logros y a menudo es el punto culminante de una ambición de toda la vida. Con esta posición, viene la fama, la fortuna y un lugar en la historia.

Pero en el tenis femenil esta recompensa se está convirtiendo en una especie de arma de doble filo que combina la bendición con la pérdida de forma, la mala suerte y las lesiones extrañas que asolan a las jugadoras que llegan a ese puesto en el deporte.

La actual número uno —Caroline Wozniacki— todavía no gana un torneo de Grand Slam y sufrió una embarazosa derrota ante Dominika Cibulkova en la cuarta ronda en el torneo de Wimbledon este año, además de sus salidas inesperadas de los abiertos de Australia y Francia.

“Realmente no me importa lo que la gente piense y diga”, le comentó a los periodistas con un poco de resentimiento después de su derrota en Wimbledon.

El Abierto de Estados Unidos le ofrece a Wozniacki su siguiente oportunidad para acabar con la tendencia de “la número uno del mundo que todavía no gana un Grand Slam”, que comenzó con las tenistas serbias, Ana Ivanovic y Jelena Jankvovic, que parecían que iban a dominar el tenis femenil en 2008.

Ivanovic cautivó a los aficionados en Roland Garros en su camino hacia el título del Abierto de Francia ese año y llegó al puesto número uno.

publicidad

Parecía tener el mundo a sus pies, pero una salida temprana en Wimbledon unas semanas después fue el precursor de un gran resbalón en los rankings y llegó hasta el puesto 65.

Con una mejor forma pudo llegar al top 20, pero todavía no es un factor en los torneos Grand Slam desde su triunfo en 2008.

Pero por lo menos Ivanovic tiene un título bajo el brazo, a diferencia de su compatriota Jankovic que, al igual que Wozniacki, disfrutó de una racha de asombrosa consistencia a finales de 2008 y ascendió en las posiciones en agosto de ese año.

Ella perdió la final del Abierto de Estados Unidos ante Serena Williams y a pesar de que le quitó la posición número uno a Ivanovic en el otoño, nunca ha sido una candidata real para ganar uno de los cuatro Grand Slam desde entonces.

Jankovic también batalló con una serie de lesiones y actualmente está un poco arriba de Ivanovic en la clasificación, pero fuera de las 10 primeras, en donde anteriormente era una constante.

La siguiente número uno fue Dinara Safina, quien le arrebató el puesto a Serena Willias, cuyas inconstantes apariciones en los torneos le costaron mucho en el sistema de clasificación que utiliza la WTA.

La rusa usó su posición, particularmente en los Grand Slam, como peso alrededor del cuello, y no le ayudó una burla cruel de Williams que no se merecía.

Las aplastantes derrotas en las finales del Abierto de Australia ante Serena Williams, y en Roland Garros ante su compatriota Svetlana Kuznetsova difícilmente le ayudaron a ganar confianza y comenzó su descenso.

Las lesiones también cobraron su cruel factura y cayó por debajo del top 100 antes de regresar nuevamente a principios de este año.

Williams tomó el manto de Safina y lo portó como una campeona, y lo culminó con su título 13 de Grand Slam en Wimbledon en 2010.

Parecía imparable, pero a menudo se dice que el triunfo y el desastre van de la mano y tal es su caso.

Una cortada en su pie al pisar un vidrio en un restaurante de Munich no parecía ser de gran importancia, pero terminó requiriendo una cirugía mayor y obligó a Serena a retirase el resto de la temporada.

La recuperación fue muy lenta, pero lo peor estaba por venir cuando se informó que estuvo en peligro de muerte después de sufrir una embolia pulmonar.

Afortunadamente luchó para recuperar su puesto en Wimbledon y ganó dos torneos recientes lo que es un buen augurio para Flushing Meadows.

Wozniacki, quien tomó la posición de Williams, perdió su puesto temporalmente ante Kim Clijsters después de que la belga ganó el Abierto de Australia.

Puede ser una maldición o una coincidencia, pero Clijsters no ha tenido la mejor de las suertes desde entonces.

Empezó con un problema en el hombro, pero después sufrió otra extraña lesión, al estilo de Williams.

Un baile demasiado entusiasta en la boda de un amigo ocasionó que Clijsters se lastimara el tobillo, lo que la obligó a perderse la mayor parte de la temporada de arcilla y surgió nuevamente cuando abandonó Wimbledon.

Una posterior lesión en un músculo del estomago durante su regreso a los torneos la obligó a no poder defender su título del Abierto de Estados Unidos, otra víctima de las desgracias que caen en las número uno.

El excampeón masculino de tenis Pat Cash, dijo a CNN que el sistema de posiciones de la WTA no es el ideal: “Las clasificaciones femeninas son un poco diferentes de las de los hombres. En este se fomenta la participación al recompensar enormemente los puntos de ranking para los torneos de primer nivel (se podría decir que demasiado), con la idea de persuadir a las principales jugadoras a jugar más a menudo.

“Los jugadores que no participan de esta forma, como Clijsters y las hermanas Williams caen en la clasificación porque no acumulan los puntos suficientes incluso si ganan torneos de Grand Slam. Con los hombres sucedió algo parecido en algún momento, cuando Marcelo Ríos fue el número uno incluso sin un título de Grand Slam”.

Después en la máxima posición llegó Wozniacki de 21 años, quien enfrentó a Maria Sharapova en los cuartos de final en Wimbledon hasta que la derrotó Cibulkova, a pesar de ganar el primer set 6-1.

“Hice lo mejor posible y no fue suficiente”, reconoció la rusa.

Sharapova perdió la final ante la checa Petra Kvitova y no ha ganado un torneo de Grand Slam desde el Abierto de Australia de 2008.

Poco tiempo después, la superestrella rusa llegó a la posición número uno por cuarta ocasión, pero una antigua lesión en el hombro volvió a surgir y casi terminó con su carrera cuando requirió de una cirugía mayor.

Así que una historia tan infeliz tal vez dice algo sobre el agotador calendario de las estrellas del tenis, pero la WTA defiende con firmeza tanto el sistema de posiciones como la demanda hacia sus jugadoras.

“Desde 2008 redujimos y racionalizamos la temporada. Incrementamos los premios monetarios y los bonos, dimos más descanso a las principales jugadores y redujimos los compromisos de torneos de las jugadoras” más importantes, dijo un portavoz a CNN.

“El desempeño de Caroline en este periodo le ganó la posición número uno del mundo. Tan sólo en este año, ella ganó cinco títulos principales de la WTA, que incluyen los eventos Premier en Dubai, Indian Wells y Charleston.

“Ella ganó 17 torneos en cuatro años y su progreso es consistente en los torneos de Grand Slam”, añadió.

Wozniacki juega el Abierto de Estados Unidos en Flushing Meadows, todavía mantiene la máxima posición y espera poder terminar con la mala suerte y levantar la prestigiada corona.

Pero con Serena Williams de regreso casi en su mejor forma en las primeras rondas, parece ser un factor en contra en las posibilidades de que Wozniacki pueda terminar con la maldición.