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Los contenedores son la última moda en la arquitectura de las ciudades

Por CNN en Español

(CNN) — Aunque se construyó como un sitio temporal y se fabricó completamente con contenedores de transporte reciclados, el último centro comercial de Londres afirma ser el primer centro comercial pop-up (que aparece de repente y es móvil) del mundo.

Con el adecuado nombre de Boxpark (parque de cajas) este diciembre abrió sus puertas este centro comercial en la conocida calle Shoreditch High Street del este de Londres. Se compone de 60 contenedores de tamaño estándar, apilados en dos pisos de alto y cinco hileras de ancho.

El parque, que tardó un año para completarse, es la creación del empresario británico Roger Wade, quien hizo su fortuna en la década de 1990 con otra empresa fabricaba cajas, la marca de moda urbana Boxfresh.

“Estos contenedores son muy simbólicos para mí”, dice Wide, durante una entrevista dentro de una de las tiendas shoebox (caja de zapatos) impresionantemente reacondicionada.

“Cuando empecé a vender ropa en un puesto del mercado, soñaba con el día en que enviaría mis productos a Hong Kong dentro de uno de estos”, señala. “Ahora creo que es adecuado que algo tan relacionado con el comercio global termine como una tienda”.

Pero mientras Wade pasa tiempo mostrando su entusiasmo y su amor por la icónica “estética industrial” de los contenedores, también está dispuesto a subrayar que Boxpark, que tienen un contrato temporal de arrendamiento por cinco años, es más que sólo una nueva experiencia de moda en el comercio detallista.

“Probablemente este es el centro comercial más respetuoso del medio ambiente que se haya construido”, dice.

A pesar de que el parque no cuenta con una sofisticada tecnología de aislamiento o incluso un pequeño grupo de paneles solares, el simple hecho de que se construya con materiales reciclados añade credibilidad a la afirmación de Wade.

“Cuando la gente habla de la eficiencia de la energía de los edificios, tienden a enfocarse en las emisiones de carbono de la operación. Es decir, la cantidad de energía que consume el edificio ya que está en funcionamiento”, dice Anna Surgenori, asesora técnica del Consejo de Edificación Sustentable de Gran Bretaña.

“Pero lo que a menudo se pasa por alto son las emisiones “incorporadas” de carbono, todo el carbono que se liberó a la atmósfera cuando se fabricaron los materiales de construcción”, añade.

Surgenori ilustra su punto a través del Angel Building en Londres, que ahorró 7,400 toneladas de CO2 incorporados al mantener y adaptar la estructura de concreto existente de la construcción previa en el sitio.

“Ese ahorro equivale aproximadamente a 13 años de uso de energía de funcionamiento”, señala.

De acuerdo con un informe del gobierno británico de 2008 sobre la construcción con bajas emisiones de carbono, la fabricación de materiales de construcción para usar en Gran Bretaña genera 45.2 millones de toneladas de emisiones de carbono al año, lo que equivale aproximadamente al 7% del total de emisiones del país.

Y el carbono no es lo único que impacta al medio ambiente cuando se trata de la obtención de recursos y la fabricación de los materiales de construcción.

“La tala de árboles, la contaminación las corrientes de agua, la degradación del paisaje por la excavación de minas (…) todas estas cosas afectan a la biodiversidad y dañan al medio ambiente”, dice Surgenori. “Por eso es importante que los arquitectos piensen la forma como pueden utilizar los materiales reciclados durante el proceso de diseño”.

De vuelta en el parque, un frenesí de periodistas toman muestras en las hileras de los restaurantes boutique, de las cafeterías y de los bares de jugos, cada uno con coloridos interiores decorados que oculta su pequeño tamaño.

“Lo grandioso de esto, si una de estas tiendas no siente que gana lo suficiente en esta ubicación, potencialmente puede moverse a otro lugar del país con un espacio de tierra vacante, sin tener que cerrar o desmantelar nada”, dice Wade.

Para él, el parque representa una alianza conveniente de la economía y la ecología, ofrece un emocionante espacio para el comercio al detalle sin tener que saquear los recursos.

“Además, después de cinco años, devolveremos la tierra a sus propietarios exactamente en el mismo estado como la recibimos, y desupués la comunidad puede decidir si quiere un espacio de comercio más permanente en ese lugar”, dice.

Tal vez Boxpark es el primer centro comercial pop-up que se creó con contenedores, pero en realidad no es el primer proyecto de edificación que ese atractivo estructural.

“Existen alrededor de 400 proyectos de arquitectura establecidos que utilizan los contenedores de embarque en todo el mundo”, dice el arquitecto esloveno, Jure Kotnik, quien escribió dos libros sobre el tema y actualmente prepara una exhibición internacional de “arquitectura de contenedores” que actualmente se presenta en el AIA de Seattle.

“Desde Volvo, Puma, Rolex, Nike, a Ikea, muchos nombres importantes han convertido los contenedores de embarque en tiendas o espacios que piensan que mejorarán su imagen de marca”, dice Kotnik. “En parte creo que se debe a que es un símbolo universal (…) también cada vez se vuelve más genial”.

El arquitecto de 31 años cree que los contenedores tienen un fuerte vínculo relacionado con la arquitectura. “Parecen bloques de construcción, y cuando se apilan a lo largo del puerto en pequeñas torres, crean una sensación de barrio”.

Según Kotnik, los contenedores se han utilizado durante décadas como residencias y mercados improvisados en lugares como África, pero sólo en los últimos 10 años los arquitectos le “agregaron valor” al crear conceptos mas complejos con ellos.

“De alguna manera me sorprende que le tomó tanto tiempo a la comunidad de arquitectura convencional utilizar los contenedores de esta manera, ya que su forma modular y estandarizada se presta muy bien para crear edificios interesantes”, dice.

Kotnik imagina que pronto habrá otros materiales de construcción sustentables en el mercado y que esto podría disminuir la popularidad o la necesidad de los queridos contenedores.

Pero al menos por ahora, dice, “si necesitas una estructura fuerte, relativamente barata y fácil de mover, hay pocas cosas mejores”.