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Entretenimiento

Una buena razón para escribir resoluciones de nuevo año: el fracaso inspira

Por Paula Andrea Daza

Por Paul Ferguson, CNN

ATLANTA (CNN) - ¿Hay alguna razón para que anualmente se escriban las mismas resoluciones de año nuevo? Perder peso, manejar mejor las finanzas, pasar más tiempo con la familia, etcétera.

Las resoluciuones son como promesas sin cumplir, así que ¿para qué perder el tiempo?.

Gracias a mi esposa, encontré una buena razón. Hace diez años, mi familia comenzó a escribir resoluciones a la hora de la cena durante las fiestas.

Era divertido, nos reíamos, discutíamos y comparábamos, después escribíamos nuestras resoluciones y las poníamos en la puerta de la nevera.

Mi esposa guardó esos papeles y ahora le damos un vistazo a una década de resoluciones.

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Al leer lo que escribí durante todos estos años, me doy cuenta que hay muchas resoluciones que conserve. Escribirlas una y otra vez durante los años fue una gran ayuda.

Durante siete años (desde 2002 hasta 2009) resolví que quería aprender programas de computación avanzados. Gracias a nuestro ritual de Año Nuevo y de estar recordándomelo, estoy certificado profesionalmente en esos programas. Meta cumplida.

Las resoluciones que envuelven cuestiones físicas no toman siete años si son realistas. En 2008 decidí mejorar en natación y lo hice. Así como mi resolución de correr una media maratón en 2003 y de renovar la habitación de mi hija en 2007, ambas las hice.

Se debe evitar hacer resoluciones que involucren a otras personas, como la de 2005 de aprender a tocar a dúo con un violonchelista. El violonchelista nunca apareció.

Y no se debe ser demasiado subjetivo, como “reducir el consumo de azúcar y cafeína” en 2007. Los fracasos se convirtieron en las mejores lecciones.

En 2005 comencé a escribir resoluciones sobre mis hábitos alimenticios “cinco porciones de vegetales al día”, sólo cumplí esa meta un par de meses, pero me ayudó a entender como hacerle seguimiento a lo que consumo, y en 2010 “pensar en lo que quiero comer antes de ver el menú”, se convirtió en mi nuevo hábito.

Mirando en retrospectiva, tengo una larga lista de metas no alcanzadas, una de ellas mi pasión por tocar música, todas son demasiado ambiciosas. Músicos aficionados, tomen nota: se sentirá más satisfecho si es sincero con el tiempo que tiene para practicar.

Las reparaciones en casa, las tengo que hacer aunque no me guste, están allí todo el tiempo. Una buena razón para ser consistente.

Es posible que no se sorprenda al saber que mis resoluciones en 2012 son similares a las de la última década. Entre las principales figura pasar más tiempo con mi familia, organizar mejor las finanzas y perder un poco de peso.

Al revisarlas me doy cuenta que si las mantengo y trabajo en ellas, quizás, el 2012 sea un año lleno de éxitos.