arrow-downcloseCNNEcomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Salud

Aumentan casos de enfermedades de transmisión sexual entre adultos mayores

Por cnninvitationsaccount, CNN en Español

Por Ben Tinker

(CNN) — El 80% de los estadounidenses de entre 50 y 90 años son sexualmente activos y los casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) aumentaron en más del doble en ese grupo de edad durante los últimos 10 años, según una nueva investigación publicada este jueves por el British Medical Journal.

“Nunca tienes que retirarte del sexo”, dice la psicóloga clínica Judy Kuriansky. “Pero siempre deberías comportarte como si tuvieras 20 o 30 años de edad. Tienes que ser cauteloso al respecto”.

La incidencia de sífilis y clamidia en adultos entre 45 y 64 años ha aumentado casi el triple durante la última década. Los casos de gonorrea también aumentaron, según cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

“En general, yo diría que las personas mayores realmente están disfrutando su sexualidad”, dice Ian Kerner, terapeuta sexual, colaborador de CNN y fundador GoodInBed.com. “La gente puede ser sexualmente activa durante toda su vida, hasta el día de su muerte”, asegura.

Los investigadores se apresuran a señalar que existe una gran carencia de información sobre las enfermedades de transmisión sexual en las poblaciones de adultos mayores. Los autores del editorial del British Medical Journal también destacan que las mujeres mayores son más vulnerables fisiológicamente.

“Los cambios postmenopáusicos en la vagina, como el adelgazamiento de la mucosa, el estrechamiento y acortamiento de la vagina, y la disminución de la lubricación, dejan a las mujeres más vulnerables ante lesiones genitales menores y microabrasiones que facilitan la entrada de agentes patógenos”, escriben.

publicidad

Con la edad —como los padres enseñan a sus hijos— viene la responsabilidad. Así que, ¿por qué los padres (y abuelos) se exponen a estos riesgos evitables?

“Simplemente no creen que les pueda pasar”, dice Kuriansky. “Las ITS (infecciones de transmisión sexual) en realidad comenzaron a ser noticia en los años 80 y 90. Los temores y las advertencias no impactaron a su generación”.

Además, no se esperaba que fueran sexualmente activos. “Son las Jane Fonda del mundo y los hombres de 80 años como John Glenn, quien se divorció de su esposa y se casó con una mujer más joven”, dice.

Kerner señala que el grupo de edad de 50 años o más es uno de los sectores demográficos de más rápido crecimiento para las citas en línea. “Ni siquiera se clasifican necesariamente a sí mismos como mayores”, dice. “A menudo es su segunda oportunidad. Han estado casados, tienen hijos adultos, y no tienen las mismas inquietudes o los mismos factores de estrés que otras personas podrían enfrentar”.

Curiosamente, un estudio concluyó que los hombres mayores de 40 años que estaban tomando medicamentos contra la disfunción eréctil tenían significativamente más probabilidades de ser diagnosticados con una ETS en su primer año de uso. Sin embargo, ese mismo estudio también concluyó que esos mismos hombres tenían significativamente más probabilidades de ser diagnosticados en el año previo a comenzar a tomar el medicamento. Eso sugiere que el fármaco no modificó su comportamiento de riesgo, sino que lo facilitó.

Los hombres mayores pueden ser renuentes al uso del condón, ya que puede dificultarles lograr una erección. Las mujeres asumen que, como ya han pasado sus años fértiles, los condones no son necesarios.

“Así como pasamos mucho tiempo aconsejando a los hijos que practiquen sexo seguro, tenemos que hacer lo mismo por nosotros mismos y por nuestros padres”, dice Kerner.

Y tal vez incluso por nuestros abuelos.

Los expertos sugieren que una mayor creación de conciencia por parte de los medios de comunicación ayudaría mucho. Kuriansky también sugiere que los médicos realicen más preguntas y asesoramiento. “Si realmente vas a hacer algo al respecto”, dice, “tienes que hacerte una prueba de herpes y otros virus. Tienes que solicitar eso. Eso no está en los análisis de sangre de rutina. Deben hacerlos rutinarios”.