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Madonna: zapatero a tus zapatos

Por Juan Carlos Arciniegas, CNN en Español

(Como autor de la siguiente reseña quiero aclarar que me considero fiel admirador de Madonna, la cantante. Tengo toda su discografía, por meses ahorraba para verla en vivo en sus conciertos y nunca me canso de ver sus videos. Habiendo dicho esto…)


Hollywood (CNN Español) -
Comenzando por su título: “W.E.”, la segunda película dirigida por Madonna está llena de desaciertos.

“W” y “E” son las iniciales de Wallis Simpson y Eduardo VIII, este último el heredero de la corona británica y quien en 1936 tuvo que abdicar para poder casarse con la primera, una estadounidense dos veces divorciada a quien palacio nunca tuvo en buena estima.

Me pregunto entonces si un título como éste resulta atractivo incluso para el historiador más dedicado. Es uno que no dice mucho y solo nos remite a esas toallas bordadas con iniciales que a veces encontramos en casa de los abuelos.

Además de una turbulenta historia de amor, “W.E.”cuenta la de una acomodada esposa del Nueva York moderno, a quien su madre bautizó con el nombre de Wally en honor a Wallis Simpson, y quien también hereda esa fascinación al punto de querer parecerse a ella y establecer paralelos entre su vida y la de Wallis.

Básicamente se trata del mismo concepto de la película “Julie & Julia”, donde una joven contemporánea vive su vida al pie de la letra de las recetas de la desaparecida chef estadounidense Julia Child.

El problema no es que la fórmula se repita, simplemente que aquí no funciona porque por más paralelos o delicada transición entre el pasado histórico y el presente, “W.E.” carece de ‘alma y corazón’ que puedan tocar importantes fibras.

En lugar del ‘fondo’, Madonna, la directora de este interminable sinsentido, se concentra en la ‘forma’ y por eso si a esta película se le juzgara solo por sus valores estéticos, podríamos decir que se trata de un bello y elegante comercial de televisión, pero no de la “historia de amor más grande del siglo”, como sostienen sus protagonistas.

No estaba pendiente del reloj, pero calculo que para la primera media hora de la cinta ya había aceptado que la misma no despertaría en mí profundas emociones. En ese momento, decidí conectarme a un nivel más superficial y enfocarme en el vestuario, las joyas, los peinados, los decorados, la direccion artística en general.

Pero luego surgían otros aspectos como extraños movimientos de cámara, bruscos cambios de textura en la imagen y una constante y agresiva musicalización que por su exagerado uso no me dejaban disfrutar de los elementos anteriormente mencionados.

Ni qué decir de otras falencias como diálogos que bordeaban en lo cursi o la gran desviación que el guión, la columna vertebral del proyecto, mostró desde muy temprano.

Wally, la protagonista de la historia contemporánea e interpretada por la actriz Abbie Cornish, tenía además de su obsesión por Wallis Simpson la de convertirse en madre y en los momentos que la veíamos aplicarse las inyecciones del tratamiento in-vitro, la directora utilizaba tomas más adecuadas para una cinta de suspenso que para una de tipo dramática como esta.

Es algo que en otra ocasión les diría: “tienen que ver con sus propios ojos para entenderlo”, pero mi intención con estas líneas es precisamente ahorrarles tiempo y dinero no viendo esta película.

Si antes me abstuve de ver el primer largometraje dirigido por Madonna (Filth and Wisdom-2008) fue por puro prejuicio y tambien por aquello de “zapatero a tus zapatos”. Pues bien, en esta ocasión quise verla porque sus distribuidores insistían en que “W.E.” era digna de ser nominada al premio Oscar. No solo estoy de acuerdo con su única candidatura a mejor vestuario, sino que además la considero desde ya ganadora.

¿Quién le dice NO a Madonna? Al parecer muchos cuando se trata de dirigir cine, pues en “W.E.” no vemos caras reconocidas, a excepción de la de Cornish. Sin embargo, destaco la participación de Andrea Riseborough, como Wallis Simpson. Un amigo anotaba que esta última, y antes que Meryl Streep, había logrado una acertada caracterización de Margaret Thatcher en una película para la televisión británica.

Los duques de Windsor, como se conoció a la pareja después de que Eduardo VIII abdicara y saliera de Inglaterra, han sido objeto de discusión por décadas debido a su supuesta simpatía por Adolfo Hitler. Madonna, sin embargo, toca el tema muy por encima y de hecho sus personajes lo califican de puras habladurías. Aquí le cedo la palabra a los historiadores.

Creo que nunca había hecho una rápida visita al baño durante la proyección de una película, pero siempre hay una primera vez y “W.E.” fue la mía. En ese estado de interés andaba.

Aún así me quedé hasta el final de los créditos pues quería ver qué casas de moda y joyerías habían contribuido con la misma (fueron muchas y las mejores), pero cuál sería mi sorpresa al escuchar la última canción de la cinta, que por cierto desentonaba con el resto de la banda sonora. Era una balada interpretada por la propia Madonna, una canción que obtuvo el Globo de Oro pero que por cuestiones de reglamento no pudo aspirar a una nominación al Oscar. Interesante e irónico que el título de este tema fuera “Masterpice” u “Obra Maestra”. Ciertamente ”W.E.” no lo es!

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