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Salud

Regeneran tejido del corazón con células madre del mismo paciente

Por CNN en Español

(CNN) — Las células del corazón de un paciente pueden usarse para cultivar nuevo tejido cardiaco y ayudar a reparar el daño provocado por un ataque al corazón, según una investigación publicada el lunes.

Científicos del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles y de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore) trataron a 17 pacientes de infartos con células cultivadas a partir de su propio tejido cardiaco. Esto demostró que el procedimiento es seguro y también que las células pueden ayudar a reducir las cicatrices e incluso a crear nuevo músculo cardiaco.

Cuando una persona sufre un infarto, a menudo quedan en su corazón grandes áreas de cicatrices. El músculo del corazón con cicatrices no bombea la sangre tan bien solía hacerlo, y eso pone más tensión en otras partes del corazón para compensar el déficit. El área dañada tampoco conduce bien la corriente eléctrica, lo que provoca un ritmo cardiaco anómalo, que puede causar más problemas. Los pacientes de ataques al corazón a menudo desarrollan insuficiencia cardiaca.

“Es el primer ejemplo de la regeneración terapéutica [cardiaca]”, dice el médico Eduardo Marbán, director del Instituto del Corazón Cedars-Sinai.

Dice que mientras en la naturaleza abundan los ejemplos de regeneración espontánea de los miembros o de los tejidos —como las nuevas colas de las salamandras, o un hígado humano que se regenera totalmente a su tamaño original cuando se daña parcialmente—, los médicos no habían podido ayudar a los pacientes a regenerar tejido cardiaco. Esto podría cambiar en el futuro si pruebas médicas más grandes y de mayor duración con los pacientes confirman los resultados de esta primera investigación publicada en The Lancet.

Marbán y sus colegas presentaron por primera vez el estudio en noviembre pasado en la conferencia de la Asociación Estadounidense del Corazón.

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Para calificar para esta prueba clínica, los pacientes tenían que haber presentado un ataque cardiaco reciente y “tener una cantidad importante de daño y que no estuvieran bombeando (sangre al cuerpo) tan bien como deberían hacerlo”, dice el médico Peter Johnston, uno de los autores del estudio, quien inyectó nuevas células del corazón a los pacientes en tratamiento en el Hospital Johns Hopkins.

La prueba se diseñó para determinar si era seguro cultivar células cardiacas del propio paciente e inyectarlas nuevamente en su corazón. En la prueba clínica participaron en total 25 pacientes; 17 de ellos recibieron trasplantes de células madre y los otros ocho recibieron la terapia convencional que se realiza después de un ataque cardiaco.

Cómo fue el procedimiento

En un procedimiento ambulatorio (sin hospitalizar al paciente) con anestesia local, los médicos canalizaron un catéter en el corazón del paciente y extirparon pedazos de tejido del tamaño de un grano de pimienta de la parte de su corazón que no fue afectada por el ataque cardiaco.

Usando un procedimiento inventado por Marbán, aislaron del tejido las células madre del corazón y, posteriormente, cultivaron millones de células nuevas en una caja de Petri.

Entre cuatro y seis semanas después de tener el infarto, a los pacientes les inyectaron nuevamente entre 12 y 15 millones de células cardiacas en sus corazones.

Marbán dice que cuando surgieron los datos del primer paciente, él y sus colegas sintieron alivio al ver que el procedimiento era seguro. Después de 12 meses, los investigadores informaron que sólo un paciente parecía tener un efecto secundario grave que podría relacionarse con las células experimentales.

Seis meses después de que le inyectaron al primer paciente las células cultivadas de su propio tejido cardiaco, hubo una enorme reducción del tejido cicatrizado y había crecido nuevo tejido, dice Marbán. “Esto no tenía precedentes (...) Nadie lo había demostrado anteriormente”.

Le dieron seguimiento a todos los pacientes durante seis meses y a 21 pacientes durante 12 meses. En quienes recibieron el trasplante de células, cerca de la mitad de su tejido cicatrizal se disolvió y después de los primeros seis meses la reducción del tamaño de la cicatriz pareció aumentar, explica Marbán.

Marbán dice que la cantidad de tejido cardiaco que creció no fue pequeño. “(En promedio) creció 22 gramos de nuevo tejido cardiaco”, lo cual, asegura, es bastante, considerando que esto nunca se había hecho antes y que el promedio del peso de la parte del corazón que es responsable de bombear la sangre a todo el cuerpo es alrededor de 150 gramos” (dando una relación de 14%).

Los pacientes del grupo de control que no recibieron un trasplante de células, no regeneraron ningún tejido y la cantidad de tejido cicatrizal se mantuvo.

Piden más investigación

La médico Sonia Skarlatos, directora adjunta de la División de Ciencias Cardiovasculares del Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y Sangre del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, dice que este primer estudio es muy emocionante y que va en la dirección correcta.

Advierte que este procedimiento debe probarse en muchos pacientes más y tiene que observarse por periodos más largos que en este estudio, pero dice que estos resultados son muy positivos. Tiene la esperanza que estudios posteriores confirmen estos primeros resultados.

“Prevenir las consecuencias de un ataque cardiaco podría ayudarte a prevenir las fallas cardiacas que ocurren después en (muchos de estos) pacientes”, dice.

Skarlatos no participó en la investigación, pero el Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y Sangre de Estados Unidos ayudó a financiarla.

Skarlatos también dice que aún no está claro exactamente qué es lo que hace que se regenere el corazón y que desaparezca el tejido cicatrizal. ¿Son las mismas células, o las proteínas, o son otros factores que se producen por la introducción de nuevas células lo que ayuda a arreglar al corazón? Investigaciones posteriores podrían también ayudar a responder esas preguntas dice. Los autores del estudio dicen que con base en estos resultados, se necesita realizar más investigación.

Marbán, quien empezó su investigación en el hospital Johns Hopkins, dice que “vimos un atisbo (de regeneración) en las pruebas con animales”, pero los resultados con humanos son mucho mejores. “Normalmente no sucede así en las investigaciones”.