La desinformación en internet viaja a la velocidad de la luz
(CNN) — En internet, los errores, las equivocaciones y las avalanchas de reacciones viscerales pueden ser desencadenadas con un solo clic.
Un mundo cada vez más conectado donde las redes sociales nos han convertido a todos en fuentes de noticias, significa que se produzcan traspiés y que la desinformación se emita —y se repita— con mayor rapidez que nunca. Todo empieza a circular antes de que alguien tenga tiempo para pensar.
“Nunca antes había habido tanta presión para hablar antes de saber”, dice el escritor de ciencia James Gleick, quien reflejó la velocidad creciente de la sociedad en su libro Faster, y la avalancha de datos en su publicación del año pasado The Information. Siempre ha existido un deseo de reunir y difundir noticias, señala, “pero nunca hasta ahora había sido global e instantáneo”.
Queremos información, pero más que eso, la queremos rápido; y gracias a los smartphones, nunca nos encontramos lejos de los últimos reportes de los medios de comunicación.
¿Y la precisión? La velocidad manda. Incluso cuando tu teléfono trata de autocorregir amablemente un texto escrito a toda prisa, el resultado es a menudo tan ridículo como apreciado.
Queremos que el mundo escuche, y lo queremos ahora.
“Todos tienen ahora una plataforma global en la que pueden gritar sus opiniones y manifestar sus creencias”, dice Frank Farley, profesor de Psicología de la Universidad Temple y expresidente de la Asociación Americana de Psicología. Pero la gente no se ha vuelto más precavida en lo que respecta a lanzar sus palabras al mundo, añade; incluso aunque estén equivocados.
“Una cosa que me preocupa es que la mala información está desplazando la buena”.
¡Yo primero!
Por supuesto, el deseo de ser el primero, incluso bajo el riesgo de equivocarse, no es nada nuevo. Pero las redes sociales y la portabilidad de internet en tiempo real se han combinado para diseminar errores y reacciones a un ritmo cada vez más vertiginoso, sobre todo en Twitter, que —por su brevedad y alcance— facilita la difusión de mensajes y respuestas en 140 caracteres o menos.
Nadie se salva. A principios de año, el controvertido cantante de hip-hop Chris Brown publicó un mensaje desafiante después de los Premios Grammy. Poco después eliminó las pruebas de su rabieta en Twitter, pero los blogueros ya habían inmortalizado sus mensajes ofensivos.
Ashton Kutcher publicó un tuit apresurado sobre el despido de Joe Paterno de Penn State antes de conocer la razón por la cual fue despedido. Luego se disculpó, eliminó sus mensajes anteriores y puso su cuenta de Twitter bajo el control de sus publicistas.
Varios servicios de noticias inicialmente tuitearon que la congresista estadounidense Gabrielle Giffords había muerto en el tiroteo de Tucson el año pasado. Cuando se confirmó que estaba viva, algunos eliminaron sus mensajes previos.
“El hecho es que nos encanta este ritmo rápido. Estamos entusiasmados por él”, dice Gleick. “Estamos contentos por poder buscar en el bolsillo y pulsar un botón o hablar con nuestro dispositivo e instantáneamente obtener una respuesta, aun cuando sabemos que la respuesta no es fiable al 100%”.
Y ser el primero es aún mejor. Se le llama 'efecto de primicia' en psicología. Tendemos a recordar los primeros artículos de una serie mejor que los artículos posteriores.
El sociólogo Erving Goffman observó que las personas tienen presentaciones "públicas" y "privadas" de sí mismos. La primera es una forma pulida destinada al consumo público, y la última es cruda y sin editar. “Creo que lo "privado" se filtra cada vez más en las conversaciones cotidianas”, dice Ron Bishop, profesor de Cultura Pop en la Universidad Drexel.
Eso no es necesariamente algo malo. La disponibilidad de los teléfonos inteligentes alienta al periodismo ciudadano. Y la capacidad de publicar rápidamente significa que la mala información también puede ser corregida con rapidez, a menudo después de que el universo de Twitter señala el error.
La verdad
Sin embargo, la otra cara de la moneda concierne a la preocupación de Farley de que la mala información desplace a la buena.
Las redes sociales también son útiles para difundir propaganda y desinformación, señala Filippo Menczer, director del Centro para Redes Complejas y de Investigación de Sistemas en la Universidad de Indiana, quien ayudó a Truthy a desarrollar un sistema para analizar los mensajes de Twitter.
Truthy pretende averiguar quién es responsable del mensaje inicial, la forma en que se extiende y busca determinar si el mensaje es cierto. Existen algunas pistas, señala Menczer. Por ejemplo, si el mensaje inicial proviene de una cuenta ahora inactiva o de una con un nombre sospechoso.
Considerando la avalancha de información en la web —y que los internautas siempre tienen ganas de publicar— la mejor estrategia puede ser el autocontrol, dice Farley.
Aunque no es fácil, añade, sobre todo en una generación que ha crecido con las últimas tecnologías y a la que no le importa no reflexionar.
“En este mundo de hiperestimulación, ¿cómo desarrollas niños que sean reflexivos, que puedan pensar antes de actuar? (...) Eso será muy importante en el futuro, porque existen demasiadas oportunidades para la estimulación”, dice.
Es mejor tomar un respiro, confirmar los hechos; o arriesgarte a sumar errores a la corriente. Es una verdad que ciertamente aplica a internet.
"Una mentira puede recorrer medio mundo mientras la verdad se está poniendo los zapatos”, dijo Mark Twain dijo una vez.
Mmm. ¿O no fue él?