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Tecnología

Empresa analiza si los caballos poseen "el gen de la velocidad"

Por Paula Andrea Daza

Por Callum Tennent, CNN

(CNN)-- Reconocer al próximo campeón de los deportes es un negocio caro. Millones de dólares e incontables horas se gastan en la identificación de un nuevo talento, pero es una ciencia impredecible.

En el mundo de las carreras de caballos se hacen grandes avances para escoger a los ganadores potenciales en una industria en la que se juegan grandes recompensas.

Fusaichi Pegasus es un corcel purasangre que se convirtió en el 2000 en el caballo más caro de la historia, después de venderse a la irlandesa Coolmore Stud por 60 millones de dólares, cuando su precio de novillo fue de 4 millones de dólares.

Sería muy redituable para los criadores poder determinar qué tan exitoso podría ser un caballo antes de comprar o vender.

Equinome es una compañía involucrada en la investigación de los purasangre que analiza una rama especial del ADN de un caballo llamado "el gen de la velocidad", con el que se puede determinar su habilidad para correr.

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Esa información de cromosomas también puede ser una herramienta útil para que los criadores puedan definir qué tipo de caballo será con base en la cruza que se haga.

“Al principio tuvimos una respuesta positiva, y ahora en los últimos 18 meses las cosas van viento en popa”, dijo a CNN el director administrativo de Equinome, Donal Ryan.

“Cada región está interesada —Nueva Zelanda, Singapur, Estados Unidos— y los criadores ya utilizaron nuestra prueba miles de veces”.

Equinome mantiene una estricta política de confidencialidad con sus clientes, pero Ryan reveló que la primera camada de caballos después de las pruebas del gen de velocidad ya compite profesionalmente.

Los criadores también pueden realizar la "prueba de desempeño de élite" que analiza 54.000 factores genéticos por 1.500 dólares. Los resultados dicen con exactitud qué caballo es mejor, genéticamente hablando.

“Los caballos son colocados dentro de una de las cuatro marcas de clases; la clase uno podría ser 11 veces mejor que una clase cuatro”, dijo Ryan.

“El criterio difiere de sujeto a sujeto. Con un caballo de velocidad estaríamos buscando características como un metabolismo lactante y la vascularización, mientras que con un caballo con resistencia podríamos analizar la fisiología del corazón y la respiración”.

Robin Oakley, columnista de la revista Spectator y autor de tres libros sobre carreras, dice que la investigación es “casi el santo grial de los criadores y entrenadores”.

“Por años ellos han buscado una manera de tener certeza al momento de la crianza y evitar el gasto que implica traer a diferentes yeguas que se apareen hasta obtener el resultado indicado”, dijo.

En Australia, la granja Widden Stud en New South Wales ha producido seis padres excampeones de Australia desde que se fundó en 1867. Es el primer criadero que incluye los resultados del gen de la velocidad de Equinome en sus folletos de sementales.

“La prueba ciertamente es atractiva para nosotros”, dice Derek Field, administrador general de Widden Stud.

“Los criadores han buscado por años la manera de hacer su trabajo más eficiente, y aún hay cosas por resolver, pero este es un buen inicio".

Ryan enfatiza que la investigación genética solo es una pieza del rompecabezas para entender el amplio panorama que es la crianza.

“La genética es solo el 35 o el 55% de la batalla. El resto depende de la manera en la que se crió al caballo, desde la inseminación, pasando por su etapa como potro hasta su educación y entrenamiento de carreras; los aspectos que siempre serán los más importantes no son genéticos”, dijo.

“Pretendemos guiar a los entrenadores y a los criadores, para que ellos puedan enfocar sus esfuerzos correctamente”.

Ruan insiste que el trabajo de Equinome no le resta valor al espíritu competitivo del deporte.

“Solo es una herramienta a utilizar. No es efectiva si no se aplica adecuadamente”, añadió.

Field está de acuerdo: “La idea de aparear caballos de manera eficiente se utiliza desde que empezó el deporte. Este descubrimiento no hace nada por restarle méritos a la competencia”.

La OTI Racing and Bloodstock Management también ha utilizado las pruebas de Equinome. Pero en lugar de criar a sus propios caballos, los compra como novillos "probados", muchas veces importados de todas partes del mundo.

Los caballos de la OTI corren a nivel internacional en Gran Bretaña, Francia y Australia. Esta organización debe escoger los caballos correctos y el entrenador adecuado para mantener su reputación.

Terry Henderson, copropietario y director de OTI, se sintió atraído por la lógica y la buena investigación de Equinome y así fue como comenzó todo.

“Tomamos 12 muestras de sangre de 12 caballos diferentes y las mandamos a Equinome para unas pruebas a ciegas, de esta manera ellos no tendrían ni idea si la sangre era de una yegua muy maleada o de un velocista campeón. Las correlaciones producidas por sus resultados nos dieron una enorme confianza”.

Henderson dice que la comunidad de las carreras profesionales ha reaccionado cautelosamente a la investigación de Equinome.

“Yo también estaba escéptico al principio. Se presenta mucha ciencia basura en la industria de las carreras de caballos. Tantas ideas y herramientas aseguran ser únicas pero no pueden cumplir con lo que los profesionales tienen ciertas reservas, raramente algo es apoyado por la profundidad de investigación que Equinome ofrece”, dijo.

OTI todavía no ha aceptado las pruebas del todo, pero la compañía se encuentra en una etapa de “pruebas avanzadas” con el fin de crear una relación completa.

“Es muy alentador, pero todavía faltan dos o tres años antes de que nuestra confianza esté el 90%”, dijo Henderson.

“Ahora mismo estamos probando la mitad de nuestras compras. Algunas veces, debido a otras actividades con nuestros clientes, no tenemos el tiempo de hacer otras pruebas".

La Autoridad de Caballos de Carreras Británica dice que esas pruebas son un “uso comercial y no sería apropiado que una institución regulatoria participe”.

Henderson cree que no amenaza el balance de la industria.

“Esto no es diferente a los desarrollos hechos en la crianza hace 100 años. Las innovaciones siempre dividirán opiniones, serán el evangelio para algunos y basura para otros”, mencionó.

Es el avance más significativo que hemos visto en mucho tiempo, pero no sacará de balance el cambio de juego, eso es seguro”.