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Deportes

Ejercicio bajo el agua: más beneficios con menor esfuerzo

Por cnninvitationsaccount

Por Jacque Wilson

(CNN) — Durante mi clase de spinning quisiera estar en una piscina. Para empezar, el agua haría menos notorio el sudor que escurre por mi espalda. En segundo lugar, debe ser más fácil tomar un descanso si tu instructor no ve tus piernas debajo del agua.

Un estudio reciente sugiere que el hydro-spinning puede proporcionar otros beneficios más importantes.

En el estudio se analizaron los datos de 33 participantes jóvenes y saludables que hicieron el mismo ejercicio en una bicicleta fija en tierra y en una acuática.

También llamadas aquabikes, las bicicletas acuáticas están sujetas al fondo de una piscina para que los ciclistas queden sumergidos hasta los hombros. Se puede aumentar la resistencia al cambiar el tamaño del pedal o, en algunos modelos, las pesas en las ruedas.

Los investigadores descubrieron que el consumo de oxígeno y el ritmo cardiaco promedio de los participantes eran menores mientras estaban en el agua. En otras palabras, sus aparatos cardiovasculares trabajaban más eficientemente al hacer la misma cantidad de ejercicio.

El autor del estudio, Martin Juneau, es el director de prevención en el Instituto del Corazón en Montreal, Canadá. El Centro ÉPIC del Instituto ofrece clases de Aquaveló y permite que sus miembros usen las bicicletas acuáticas durante las horas libres de la alberca. Juneau dice que las bicicletas son tan populares que tuvieron que empezar a imprimir boletos para reservar horarios de ejercicios.

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Las aquabikes se crearon originalmente como herramienta de rehabilitación para las lesiones de rodilla en los atletas, dice Juneau. Ya que el agua nos hace virtualmente ingrávidos, el hydro-spinning también se recomienda a pacientes con artritis u obesidad que quieren hacer un ejercicio de bajo impacto.

“A los pacientes les encanta”, dice Juneau. “Sienten que es más fácil, pero cuando ves el incremento en la capacidad (aeróbica), es tan bueno como ejercitarse en tierra”.

Los investigadores creen que la presión hidrostática (la presión que ejerce el agua) sobre el cuerpo facilita el retorno de la sangre al corazón. Esto reduce la cantidad de veces que tiene que latir tu corazón, disminuyendo el ritmo cardiaco promedio y la cantidad de oxígeno que se requiere para soportar un ejercicio intenso.

El estudio debe ser repetido con más participantes para poder confirmar los resultados, dice Juneau. También deben hacerse mayores investigaciones para ver si los efectos son los mismos en ciclistas mayores o con sobrepeso.