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Ciencia y Espacio

Varios proyectos universitarios proyectan el futuro de la aviación

Por Sebastián Jiménez Valencia

Por Daisy Carrington, para CNN

(CNN) -- Imagina un futuro en que los aviones funcionen potenciados con una mezcla de baterías, calor corporal y estiércol de vacuno.

O quizá la contaminación auditiva dejaría de existir (debido a un motor que usa materiales inteligentes). El equipaje podría llegar más rápido porque flotaría hacia y desde el avión como discos de una mesa de hockey de aire.

Estos conceptos de ciencia ficción han sido pensados por un grupo de estudiantes de ingeniería a pedido de Airbus, quien se ha asociado con la Unesco para patrocinar la tercera consecutiva competencia Fly Your Ideas, o Vuela Tus Ideas.

Según Dale King, jefe de investigación y tecnología de Airbus, el objetivo es contratar a los innovadores del mañana, y quizá impulsar su eco-conciencia en el proceso.

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“Estamos tratando de fomentar a la próxima generación de líderes para que piensen en formas en que la industria de la aviación podría ser más eco-eficiente y comprensiva de su impacto medioambiental”, dice.

La competencia radica en mantener el objetivo de la compañía de reducir las emisiones de CO2 para 2050 y muchas de las soluciones podrían significar que el futuro de los vuelos es la emisión cero de dióxido de carbono.

“Incluso si reemplazas el combustible con gas natural líquido, podrías cortar las emisiones de CO2 en 20 %”, dice Luke Spiteri, finalista de la competencia.

Spiteri lidera el equipo de  del Real Instituto de Tecnología de Melbourne, que ha diseñado vainas superenfriadas en las alas del avión para llevar combustible sostenible al motor. El funcionario estima que se usará bio-LNG —una combinación de biometano (un subproducto de residuos orgánicos compuestos) y gas natural líquido— para reemplazar el combustible para aviones. En general, dice Spiter, la mezcla podría reducir las emisiones de CO2 en 97 %.

La Universidad Putra de Malasia otra tecnología de ahorro de energía que implica convertir el calor corporal de los pasajeros en voltaje eléctrico.

Tan Kai Jun, líder del equipo, propone una asientos de cabina tapizados con una tela termoeléctrica que puede convertir la energía de una persona en 100 nanovatios de voltaje. Pero desafortunadamente esa cantidad representa una millonésima parte de lo que necesita un iPhone para estar encendido. De todas maneras, Jun sostiene que la energía alcanza.

“Es una pequeña cantidad, pero imagina la energía recolectada de 550 asientos durante 10 horas de vuelo. Un avión tiene una vida útil de unos cientos vuelos, así que con el tiempo eso representa una gran reducción”, dice.

Aunque King dice que la tecnología no está aún lo suficientemente madura para ser usada, sí la tiene en la mira.

“Actualmente, la dificultad es que esos dispositivos pesan algo, y el peso tiene un directo impacto en el combustible. El intercambio de beneficios no funciona todavía, pero hay potencial ahí en el futuro”.

Bertrand Piccard, cofundador y piloto de Solar Impulse, el avión de energía solar que actualmente vuela en los cielos de Estados Unidos, cree que las ideas locas son las que inspiran la innovación.

“El mundo de la aviación ama a los pioneros, porque son los responsables por la existencia de la aviación”, dice Piccard. “Desde luego, no creen que lo que están haciendo pueda hacerse en un vuelo comercial y están en lo cierto: hoy no puede hacerse. Pero cuando los hermanos Wright volaron por primera vez en 1903, y Lindbergh cruzó el Atlántico en 1927, nadie se podía haber imaginado que un avión con 300 pasajeros podía hacer el mismo trayecto”.

Los expertos industriales están muy interesados en el proyecto. Sir Richard Branson, de Virgin Atlantic, es uno de los patrocinadores, y de acuerdo a Piccard, Branson planea usar la energía solar para impulsar las aeronaves por las pistas, un proceso que podría ahorrar dos toneladas de combustible por vuelo.

“Nuestra meta no es hacer una revolución en transporte aéreo, porque sería arrogante de nuestra parte”, dice. “En realidad, queremos hacer una revolución en la forma de pensar de las personas”.

CNN