Te tocó un pedazo de carne inmasticable, ¿qué debes hacer?
Por James Oliver Cury
(CNN) — Todos los amantes de la carne se han topado alguna vez con la mayor pesadilla en la vida del carnívoro: me refiero, por supuesto, al temible trozo duro de nervio o grasa que no lograrás volver comestible, no importa cuánto mastiques.
Consulté a varias fuentes calificadas —chefs, expertos en etiqueta y mi papá— y todos ofrecieron soluciones diferentes para este lamentable escenario.
Algunos sugirieron escupir el ofensivo trozo de carne en una servilleta. “Coloca la carne en una servilleta y dóblala. Pide amablemente al mesero que se lo lleve y [pide] una servilleta limpia”, dice Shaun Hergatt, chef ejecutivo y director de la cadena de restaurantes Esquared Hospitality.
Michael Psilakis, chef y dueño de los restaurantes Kefi, FISHTAG, y MP Taverna, cree que eso depende de con quién estés cenando. “Si estoy en una cita tratando de ser sofisticado, señalaría alguna cosa detrás de mi esposa para distraerla y escupiría rápidamente el bocado en una servilleta”.
El problema con esta técnica es que, con la charla y el vino, los comensales podrían olvidar que hay un trozo de carne en su regazo. Esto puede provocar una de estas desafortunadas situaciones: que el trozo de carne caiga al piso cuando uses la servilleta o que salgas del restaurante consciente de que depositaste una pequeña sorpresa envuelta para quienquiera que limpie la mesa.
Para evitar la culpa, Ivan Cury (o sea, mi papá) dice que él escupe estos pedazos incomibles en un pañuelo (siempre lleva uno) y coloca la sucia evidencia en el bolsillo de su chaqueta para deshacerse de él adecuadamente más tarde. Desagradable, pero ingenioso.
Ninguna de estas soluciones recibe la aprobación de Amy Vanderbilt, la legendaria autoridad en modales. En su libro: Complete Book of Etiquette: 50th Anniversary Edition (El libro completo de la etiqueta, versión del 50º aniversario), observa: “Si encuentras en tu boca algo que no puedes comer, como un trozo de cartílago, no lo escupas en la servilleta. Coloca el tenedor en tu boca y retira el objeto incomible; deposítalo en tu plato, donde podrás esconderlo debajo de algún trozo de comida y dejarlo fuera de la vista”.
¿Quién habría pensado que los buenos modales podían ser tan furtivos? Sin embargo, esta maniobra presenta algunos retos. Primero, es difícil tratar de colocar un trozo de filete de vuelta en el tenedor y eso podría ser sumamente antiestético. Además, no es culpa tuya que el filete esté duro. ¿No deberías notificarle al establecimiento acerca de este producto de mala calidad?
El chef Matt Lambert, de los restaurantes Saxon & Parole y The Musket Room en Nueva York, cree que tienes que decirle a tu mesero: “Déjalo en tu plato para que se retire de la mesa rápidamente y deberían traerte un plato nuevo, que no esté duro (...) Realmente es mejor informar a la gente para que puedan mejorar. A fin de cuentas estamos en el negocio de hacer felices a las personas, ¡no de hacer que se ahoguen!”, dice.
Sin embargo, para algunos comensales, estas son opciones viles. En su libro clásico, Etiquette, Emily Post expresa horror por la sola idea de ver algo parcialmente masticado. “Si la comida entró en tu boca, no importa cuánto la detestes (...) tienes que tragarla. Es imperdonable que saques de tu boca algo que entró, excepto huesos y piedras. Escupir lo que sea en un extremo de tu servilleta es demasiado nauseabundo como para hablar de ello”.
Jesse Schenker, chef y dueño del restaurante Recette en Nueva York, lo expresa sucintamente: “¡Sopórtalo y trágatelo!”.
¿Has estado en esta penosa situación? ¿Actuarías distinto a como lo hiciste entonces? Responde en la sección de comentarios.