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Salud

Amores que matan: cómo detectar las relaciones violentas entre jóvenes

Por CNN en Español

Por Emmanuella Grinberg

(CNN) — Lauren Astley sabía que su novio tenía dificultades para superar su separación.

Nathaniel Fujita no quería que su relación de tres años terminara. Lo dejó en claro en un extenso correo electrónico, en el que le pedía la oportunidad de encontrar “la parte de ti que aún me ama”. Sin embargo, tras varias “treguas negociadas”, como las llama su madre, todo terminó en mayo de 2011, unas semanas antes de su graduación de preparatoria.

Lauren, de 18 años, no dejaba de preocuparse por Nate. Ella habló con sus amigos acerca del comportamiento antisocial de su exnovio y juntos decidieron que era ella quien debía contactarlo. Después de varias semanas de ignorar sus mensajes de texto, Nate, de 19 años, finalmente accedió a reunirse con ella el 3 de julio de 2011.

Al día siguiente encontraron el cuerpo de Lauren en un pantano a unos ocho kilómetros de casa de Nate. Él la había estrangulado con un cable elástico, la apuñaló varias veces y le cortó la garganta.

Nate había mostrado indicios de celos anteriormente, pero nadie sospechaba que lastimaría a Lauren.

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Tras su muerte, los miembros de la comunidad ponderaron las señales de advertencia. ¿Qué pasamos por alto? ¿Alguien podría haber detenido esto antes de que se saliera de control?

La violencia en las relaciones

Se ha culpado a la ropa de la víctima, la cantidad de alcohol que consumió, si “ella misma se puso en esa situación”, a los perpetradores, a los padres y a la sociedad por fomentar una cultura en que la violencia entre adolescentes —sexual y de otros tipos— es noticia frecuentemente.

Un caso en el poblado de Steubenville, en el noreste de Estados Unidos, en el que se atacó sexualmente a una adolescente mientras los demás observaban, revivió las discusiones sobre la importancia de enseñar a los espectadores a intervenir con seguridad cuando hay un comportamiento que promueve la violencia sexual, dijo Tracy Cox, del Centro Nacional de Recursos contra la Violencia Sexual de Estados Unidos.

Los programas de prevención de la violencia en las escuelas típicamente se concentran en reducir los riesgos al enseñar a las niñas a no ser víctimas y a los niños a no ser violadores.

Pero para un espectador, podría ser tan simple como distraer la atención de un amigo cuando le grite a una chica en la calle, animar a tu hermana a hablar con su novio en vez de revisar sus mensajes de texto a escondidas o escabullirse para llamar a la policía cuando el tipo popular está molestando a una chica que apenas está consciente.

“La intervención de los espectadores asigna a todos un rol en la prevención de la violencia en las relaciones”, dijo Victoria Banyard, profesora de Psicología de la Universidad de New Hampshire, que investiga la intervención de los espectadores en los programas de prevención de la violencia en las relaciones.

Las investigaciones demuestran que es menos probable que los padres hablen con sus hijos acerca de las agresiones en las relaciones, que de las drogas, el alcohol, e incluso las citas y el sexo en general. Sin embargo, la violencia en las relaciones es tan preponderante como el tabaquismo y conducir alcoholizados, dijo Rothman, profesora adjunta de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston.

Las investigaciones muestran que un factor que influye en la violencia en las citas es relacionarse con compañeros que proyectan actitudes negativas hacia sus parejas por medio de las acciones o las palabras, dijo.

Algunos factores de riesgo podrían parecer evidentes, como la costumbre de manosear, acechar u otras conductas sexualmente agresivas, dijo Rothman. Los padres de Lauren dicen que no hay razón para creer que Nate agredió física o sexualmente a su hija de una forma que pareciera haber salido del guión de una serie dramática de televisión.

Aprender a levantar la voz

“La gente, en especial los adolescentes, cree que solo hay una forma de reaccionar a una situación de tensión: protestar o no hacer absolutamente nada. Pero hay muchas opciones entre estos”, dijo Lori Hodin, coordinadora del programa Escuelas seguras en Estados Unidos, quien ayudó a poner en marcha el programa MVP (Mentores en Prevención de la Violencia, por sus siglas en inglés) en la comunidad donde Astley fue asesinada.

Varios estudiantes atletas —hombres y mujeres— participaron en sesiones de entrenamiento donde discutieron cómo podrían reconocerse como perpetradores potenciales y algunas situaciones en las que los espectadores podrían actuar.

Los escenarios eran variados: violaciones en grupo, acercamientos bajo los efectos del alcohol, acoso en la calle o agresiones contra homosexuales.

Los estudiantes dijeron que se dieron cuenta de que todos los días detectan en los pasillos de su escuela señales de advertencia en relaciones turbulentas. "Por sí solas parecen insignificantes, pero se suman a una tendencia perturbadora", dijo John Sexton, un exitoso estudiante de último año que juega lacrosse y futbol americano.

Dijo que conoce chicos de ambos sexos que son demasiado protectores con sus parejas, al grado de ser posesivos; vigilan a sus parejas a través de las redes  sociales y mensajes de texto constantes y reaccionan exageradamente si no les responden en minutos.

El entrenamiento mostró a Kimberly Heller, una capitana del equipo de porristas que ingresará a la Academia Naval de Estados Unidos, cómo podía haber reaccionado de forma diferente en una relación anterior.

Se quedó con un novio al que sus amigas consideraban “molesto” aunque él insistía en que ella pasara todo su tiempo libre con él. Cuando ella puso fin a la relación, él amenazó con suicidarse, le envió cientos de mensajes de texto y la seguía por toda la escuela. Finalmente, ella pidió la supervisión del personal de la escuela.

Si hubiera sabido lo que sabe ahora, habría terminado con la relación en cuanto él empezó a tratar de controlarla, dijo. “MVP me ha dado la confianza para alzar la voz por mí y hablar con mis amigos acerca de las relaciones”, agregó.

Los miembros del equipo de MVP dijeron que están tratando de cambiar el lenguaje y el tono para que la gente piense dos veces antes de llamar a alguien “perra”, “maricón” o incluso las bromas acerca del comportamiento sexualmente agresivo.

El grupo de MVP decidió usar los detalles del caso de violación de Steubenville y de la relación entre Lauren y Nate para una clase ante sus demás compañeros.

El abuso en las relaciones se define como cualquier comportamiento que una persona presenta en una relación para obtener y conservar el control de su pareja verbal, física, sentimental, psicológica y sexualmente.

Poner atención a las señales de alerta

Lauren y Nate estuvieron juntos durante gran parte de la preparatoria. Eran la pareja perfecta desde que empezaron a salir durante el primer año. Él era un jugador de futbol americano alto y apuesto, que impresionó al padre de Lauren con su gracia y su humildad en la cancha. Ella medía casi 30 centímetros menos que él y tenía unos penetrantes ojos verdes. Era una chica popular, amable con todos y parecía alcanzar la excelencia en todo lo que emprendía. Fue capitana del equipo de tenis y ganó el papel protagónico en una producción teatral local del musical Annie sin tener experiencia en el teatro.

Sin embargo, bajo la superficie se gestaban los problemas. A ninguno de los amigos de Lauren les agradaba su novio, dijo la madre de Lauren, Mary Dunne. Era celoso y propenso a los arranques violentos, como cuando golpeó a un chico con el que Lauren bailó y a quien besó en una fiesta en 2009, cuando estaban “dándose un tiempo”. Una vez rompió un parabrisas e hizo agujeros en la pared de la sala de su casa a golpes, dijo Dunne.

Malcolm Astley, el padre de Lauren, dijo que sería fácil tildar a Nate de “monstruo”.

“El punto es no satanizar a nadie, sino analizar las señales y determinar quién podría haber estado en posición de ayudar”, dijo Astley.

También su hija podría haber actuado de forma diferente. “Era una chica valiente (...) Es grandioso tener confianza, pero si eso te impide estar alerta y saber que pueden pasarte cosas, entonces es un problema. Podemos hacer un mejor trabajo al inculcar esa precaución en nuestros hijos, sin infundirles pánico ni hacer que desconfíen de todos”.

Aprender de la tragedia

El equipo MVP estudió las noticias sobre el juicio de Nate y buscaron las sutiles señales de advertencia.

Recurrieron al correo electrónico que escribió a Lauren, en el que decía. “En verdad pienso que una parte de ti aún me ama, solo tienes que dejarme encontrarla”.

Hablaron sobre una fiesta de graduación que se celebró en junio, después del rompimiento, en la que la pareja se encontró; sobre cómo Nate siguió a Lauren y se volvió belicoso y problemático. Cuando Lauren le dijo que se fuera, él tomó un tubo de una carpa y casi la tira.

Las palabras aparentemente dulces revelaban la necesidad de control. La agresión física no tiene que ser un golpe directo. Cualquier agresión que tuviera el objetivo de lastimar a una pareja, ya fuera física o sentimental, cuenta como violencia, según informaron a los jóvenes.

“La reafirmación del dominio de Nate se intensificó durante la relación del adolescente”, dijo un estudiante miembro de MVP. “Esta es una señal de alerta”.