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Estados Unidos

En este regreso a clases, mantén alejado a tu hijo de los gérmenes

Por cnninvitationsaccount

Por Jen Christensen

(CNN) — Como maestra de primer año de primaria, Julie Miller está expuesta a una cifra horripilante de gérmenes diariamente.

“Me han vomitado, estornudado o tosido encima. Y la caída de los dientes es algo grande para los niños de primero de primaria”, dijo Miller, quien enseña en la Primaria Spring Hills, en los suburbios de Chicago, Estados Unidos.

“Sin embargo, son tan lindos y no se dan cuenta. Tendrán mocos colgando de la nariz, te hablarán y no pensarán en nada de eso. Algunos maestros se ponen como locos, pero yo le digo a mis alumnos, ‘ve por un pañuelo y lávate las manos’. Cuando estornudan, les enseño a hacerlo en sus codos. Eventualmente aprenden”.

En promedio, los niños de primaria contraen entre ocho y 12 resfriados o casos de gripe cada año escolar, según los CDC (siglas en inglés de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos). Para los niños mayores, es aproximadamente la mitad de eso. Los maestros y padres comúnmente se refieren a esto como la plaga de regreso a clases.

Pero hay formas sencillas de mantener saludables a tus hijos.

Miller, quien prepara a su hijo Justin para ir al kínder, no está preocupada.

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“Le enseñé a mis hijos hábitos saludables, estoy segura de que estarán bien”, dijo. Miller se asegura de que duerman bastante, se ejerciten regularmente y coman alimentos saludables. Le enseñó a sus hijos a lavarse las manos a menudo, y puso geles antibacteriales en sus mochilas para cuando no puedan lavarse las manos.

“No tengo fobia a los gérmenes como algunos de mis colegas que ponen loción antibacterial en todos lados: sus automóviles, sus salones”, dijo Miller. “Siento que algunos gérmenes están bien”.

Zonas de peligro

Las dulcerías de los gérmenes: así es cómo llama a las escuelas el médico Harley Rotbart, un profesor de Pediatría en la Universidad de Colorado, Estados Unidos, y autor del libro Germ Proof Your Kids.

“Es sorprendente cuántas veces los niños tocan sus rostros y luego tocan a otros niños”, dijo Rotbart.

“Este es un grupo demográfico que toca mucho, y así es cómo compartimos los gérmenes… y los pequeños no tienen la misma exposición a los gérmenes que nosotros, así que hasta que sus sistemas inmunitarios se desarrollan, se enferman”.

Las escuelas están llenas de “focos rojos” para los gérmenes, dice Rotbart. “La mayoría de las personas cree que es el baño, pero realmente no lo es. Los limpian regularmente”.

Si tuviéramos que clasificar los lugares con más gérmenes en la escuela, el número uno sería la fuente para beber. Tiene más gérmenes que el asiento del escusado, dice, pero “no se desinfecta tanto”. Además, es el lugar perfecto para que los niños ingieran esos microorganismos ya que ponen sus bocas en la corriente de agua; o directamente en la propia fuente.

Rotbart sugiere enseñar a los estudiantes a que primero dejen correr el agua un poco y luego beban. O mejor aún, los niños deben llevar sus propias botellas de agua a la escuela y no compartirlas con nadie.

Las bandejas de la cafetería son otro foco rojo de gérmenes. “Esas no se limpian tan bien”, dijo, al recomendar que los niños lleven la bandeja a su mesa y después utilicen desinfectante para manos antes de tomar su comida.

“Sin embargo, hay un balance real delicado; no queremos hacer paranoicos a los niños (...) Necesitamos ser prudentes. Los gérmenes para las personas que son saludables realmente no son un gran problema”, dijo Rotbart.

Mantenerse saludables

Rotbart dice a los padres que se aseguren de que sus hijos descansen lo suficiente. Los niños en edad escolar deben dormir entre 10 y 11 horas cada noche, según los CDC. La privación del sueño disminuye la capacidad del sistema inmunitario de combatir las infecciones.

El ejercicio es otra forma efectiva de mantener saludables a los niños, según Rotbart. Sugiere una dosis diaria de 40 minutos de correr, incluso en el invierno. Si hace frío, los niños necesitan mantener cerradas sus chamarras y portar gorros en sus cabezas.

“Tu mamá tenía razón: se ha mostrado en los estudios que las personas que se abrigan contra el frío son menos propensas a contraer resfriados posteriormente en el año”, dijo Rotbart.

La dieta de tu hijo también juega un papel importante para evitar enfermedades. Los alimentos ricos en vitamina C no alejan a los resfriados por completo, pero pueden reducir la duración de un resfriado. Y asegúrate de que los pequeños reciban una vacuna contra la gripe a principios de la temporada.

Para evitar que los gérmenes entren al cuerpo, lavarse las manos es clave. Cada año, Miller invita a una enfermera para que les enseñe a los alumnos de primero de primaria las técnicas apropiadas.

“Tengo un baño con un poster sobre el lavado de manos justo en mi salón, y si no los escucho lavarse las manos (incluso si estoy en medio de una lección y el director me evalúa), detengo lo que hago y digo, ‘lávate las manos’”, dijo Miller. “Es así de importante”.

Judy Harrison, una profesora de Alimentos y Nutrición en la Universidad de Georgia en Estados Unidos, dice que en los estudios que realizó se muestra que los niños no saben cómo lavarse las manos apropiadamente (solo el 28% conocía el método correcto). Lavarse las manos apropiadamente reduce los problemas gastrointestinales, así como los resfriados y la gripe. Harrison diseñó la iniciativa de lavado de manos Wash Your Paws, Georgia! (¡Lávense las garras, Georgia!).

“Les enseño a cantarse ‘feliz cumpleaños’ dos veces para asegurarse de que se laven las manos durante al menos 20 segundos”, dijo Harrison. También les enseña a limpiarse entre los dedos y alrededor de las uñas y a utilizar una toalla de papel o un secador de aire caliente para secarse.

Muchas personas creen que el desinfectante de manos es mejor, dice, pero realmente, lavarse con jabón y agua es la forma más efectiva para eliminar gérmenes.

“Mis niños están obsesionados con el desinfectante para manos”, dijo Amy Falcone, una maestra de Ciencias de primero de secundaria que enseña en la Secundaria Wood Dale en los suburbios de Chicago. “Es parte de la lista de útiles escolares que enviamos a casa para que traigan los niños, junto con los pañuelos desechables. Preferiría que se lavaran las manos, pero sé que lo harán en un momento de apuro”.

Falcone solía creer que la “plaga escolar” era algo que ocurría más en las primarias, pero con la presión creciente para obtener buenas calificaciones, algunos estudiantes mayores llegan enfermos a la escuela. Y eso hace que otros se enfermen.

“Nunca he sido una persona que se enferma mucho, pero sí contraje faringitis aproximadamente hace tres años”, dijo Falcone. “Nunca la había contraído en toda mi vida, pero la contraje. Se me quitó. La contraje de nuevo”.

Falcone ha enseñado durante más de 20 años. Notó que algunos de los maestros más nuevos se enferman más a menudo.

“Cuando eres nuevo, haces todo por impresionar, y algunos maestros jóvenes realmente olvidan cuidarse”, dijo Falcone.

Aconseja a los nuevos maestros asegurarse de que se mantengan al día con sus propios hábitos saludables. “Come saludablemente, duerme, haz cualquier cosa que hagas para reducir el estrés”.

Falcone enseña el programa Girls on the Run de su escuela. Le ayuda a relajarse a ella y a sus alumnos, así como a estar en forma. “Eso es especialmente importante para mí como maestra. Realmente no puedo perderme ir a la escuela”, dijo. “Tengo a niños formados en mi puerta todas las mañanas. Necesito estar allí para ellos. Mantenerse saludable es totalmente factible”.