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Tecnología

Felizmente conectados: 10 reglas para la felicidad digital

Por Sebastián Jiménez Valencia

Nota del editor: Anna Akbari, Ph.D., da clases en el departamento de Medios, Cultura y Comunicación en la Universidad de Nueva York. Ella es la fundadora de "Sociology of Style", la cual combina las ciencias sociales y la cultura pop para tener un enfoque inteligente a asuntos relacionados con la imagen. También es la fundadora de "Sociology of Style Services" (antes llamado Closet Catharsis). 

Por Anna Akbari, especial para CNN

(CNN) -- Yo soy la catedrática ludista: Mis alumnos no pueden utilizar celulares o computadoras portátiles en mis clases. Durante la pausa, se pueden dedicar a mandar mensajes y correos con locura durante diez minutos; luego, llega la hora de desconectarse otra vez. No todos los catedráticos son tan estrictos con la tecnología en el aula.

Seguramente, pueden citar la importancia de copiar notas en la computadora o buscar información relacionada a la discusión en ese mismo momento. Sin embargo, sin importar el valor que esto tenga, creo que estar libre de la tecnología por un breve período de tiempo es todavía más importante.

Muchos estudiantes experimentan una terrible ansiedad cuando se enteran de que no podrán estar "conectados" durante mi clase. Ellos, al igual que sus jefes, parientes y muchos otros, también están tan acostumbrados a vivir en un estado de reacción instantánea, que a menudo sienten la necesidad de avisar que no estarán disponibles durante ese tiempo. ("Mi mamá se va a preocupar si no le respondo rápido"; "Mi novio va a estar furioso si no le respondo"; "¡Me pueden necesitar para algo en mis prácticas!)

Ya sea de día o de noche, sin importar dónde se encuentren o qué estén haciendo, están en alerta, esperando cualquier solicitud que implique sonidos, luces o vibración, y que requiera su atención. Cada pensamiento es urgente; cada dato es algo épico.

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Así que mi clase es una verdadera anomalía en sus vidas. Muchos se sienten ansiosos o enfermos al inicio. Algunos acarician el teléfono como no lo hacen normalmente, como para consolarse sólo con la sensación del tacto al sentirlo contra su piel. Muchos admiten sentir las "vibraciones fantasmas" cuando están lejos de sus teléfonos. ("Estoy conectado mentalmente con mi teléfono", me aseguran). Además, inevitablemente algunos estudiantes meten las manos en sus bolsillos, y tratan de revisar sus mensajes de manera subconsciente, totalmente ignorantes de que lo están haciendo hasta que les llamo la atención.

Luego de que la ansiedad desaparece, algo extraño les ocurre: prestan atención a lo que está pasando. Dejan de hacer varias cosas a la vez. Dejan de dividir su atención entre varias pantallas. Escuchan. Hacen contacto visual. Así, todos nos involucramos juntos en lo mismo. Es estimulante y relajante a la vez.

Les explico que nos desconectamos con el intento de honrar el espacio sagrado de la clase (aquí es donde me ven con ojos de asombro). Les explico que ha llegado el momento de tener una buena y clásica conversación. Todo lo demás se disipa durante esas pocas horas. Sólo estamos nosotros, algunos gruesos libros, dos docenas de cerebros llenos de conocimiento, y el tiempo y espacio aislado que necesitamos para hablar de nuestras ideas. Éste es un lujo increíble. Les recuerdo que somos afortunados.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando le quitamos importancia a las clases formales? ¿Cómo podemos recuperar ese "espacio sagrado" y lograr concentrarnos en un mundo tan influenciado por los medios? La mayoría de nosotros luchamos por manejar nuestra conexión a la tecnología de tal manera que parece saludable y balanceada, a menudo a costa de nuestras relaciones personales e incluso nuestra cordura.

Navegar por el espacio siempre cambiante de la conectividad de las personas con la tecnología puede abrumar incluso al más experto conocedor en tecnología, y puede agotar al más calmado de nosotros. A continuación te presento 10 reglas que podrán llevarte a la felicidad digital:

1. Estar presente: Éste tal vez es el regalo más escaso pero el más valioso que le puedes dar a alguien hoy en día. Tendemos a darle prioridad a cualquiera o a lo que sea que esté ocurriendo en el mundo virtual, en lugar de prestarle atención a los individuos que están físicamente con nosotros, a pesar de la importancia del cuerpo para formar vínculos y comunicarnos de manera más efectiva (lo cual fue capturado acertadamente en este video respecto al uso exagerado de un teléfono inteligente). El salirnos de nuestro contexto inmediato se ha vuelto una epidemia.

Algunas soluciones: Juega a apilar teléfonos la próxima vez que salgas con tus amigos (el reto: sé el primero en revisar tu teléfono y debes pagar la cuenta!), y no hagas varias cosas a la vez cuando usas la tecnología para conectarte con alguien (por ejemplo, no navegues por internet mientras hablas por teléfono/ por Skype/ mientras usas FaceTime). Esta leve disciplina puede tener enormes recompensas en tus relaciones.

2. Practica una buena etiqueta: Ya pasaron los días de no llamar después de las 10 pm, o enviar notas de agradecimiento escritas a mano (a pesar de que esta forma de etiqueta se aprecia ahora más que nunca). Las reglas en cuanto a la interacción tecnológica y la comunicación virtual están en un constante estado de flujo, y la mayoría de tecnologías todavía son demasiado nuevas como para que creemos un con consenso cultural acerca de las mejores prácticas.

Así que mientras todos tienen su propia interpretación de lo que es, o no, aceptable, es sabio conocer cuándo debes contestar el teléfono (en lugar de mandar un mensaje), no compartas demasiada información (incomoda a los demás), y si tienes dudas: digitalmente haz a otros lo que te gustaría que te hicieran a ti.

3. Forma conexiones significativas: Nada nos hace tan felices (o tan saludables) como conectarnos con otros seres humanos, no la fama, ni la belleza, ni incluso el dinero. La tecnología nos permite conectarnos con más personas como nunca antes. ¿Así que ahora es cuando más felices que deberíamos ser, verdad? No es tan así. Pasarte viendo tus notificaciones de Facebook durante horas, o tener una obsesión por revisar las fotos de tu ex en Instagram no te hace una persona feliz.

Limita tu uso general de los medios sociales a revisarlos en ciertos momentos del día, en lugar de dejarlos abiertos en tu computadora; también te aconsejo que cambies la configuración de tu teléfono para que no recibas una notificación cada vez que alguien publica una foto del emparedado que se comió. En otras palabras, utiliza estas increíbles herramientas tecnológicas que tenemos para tener una conexión real, no un comportamiento auto-destructivo, y de pérdida de tiempo.

4. Establece fronteras: La tecnología nos permite operar en una oficina virtual fuera de los confines de un estrecho cubículo, lo cual resulta extremadamente liberador. Sin embargo, ese sentido de libertad se disipa rápidamente cuando la misma tecnología nos lleva a trabajar las 24 horas de día, los 7 días de la semana. Eres más productivo y eficiente cuando sacas tiempo y espacio para desconectarte del trabajo, aunque sea por breves instantes. Desafortunadamente, muchas compañías ignoran los beneficios del tiempo de descanso, y en su lugar fomentan una cultura de avergonzar a los empleados por tomarse un tiempo para alejarse de la tecnología.

Establece tus reglas y da a conocer que no estarás disponible después de cierta hora en la noche, o los fines de semana, a menos que tengas un plazo de entrega importante. Además, pídele a tus colegas que te llamen (no que te manden mensajes de texto o correos) si hay una emergencia. Acostúmbrate a no contestar mensajes de texto o correos electrónicos inmediatamente cuando estás enfocado en una tarea con tu familia o amigos. Una vez que las personas entiendan que no siempre estarás disponible inmediatamente, vas a transformar sus expectativas y la ansiedad disminuirá.

5. Administra tu identidad virtual. Todos sabemos que las apariencias sí importan. Sin embargo subestimamos el poder de la propia presentación virtual. Experimentamos una multiplicidad de personas propias. Estamos al mismo tiempo encarnados en una presencia singular, y aún así, nuestra imagen se replica y trabaja por (o en contra de) nosotros en la red. Nuestros cuerpos virtuales dejan un legado permanente que multiplica radicalmente nuestra visibilidad.

Debes estar consciente y ser constante con cómo te presentas en línea. Sé tan diligente y consciente de tu "apariencia" virtual como lo eres con tus rituales de arreglo físico. El equivalente digital a ser visto con comida entre los dientes no se soluciona tan fácilmente como un viaje al lavabo, y tu audiencia es mucho, mucho mayor.

6. Siguiendo la trayectoria de tu vida: El "yo cuantificado" o "el conocerte a ti mismo a través de los números" es un movimiento que crece y una forma de vida. Mientras más conocemos de nosotros, más podemos afinar nuestra existencia y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Las pulseras como Jawbone te permiten rastrear tus movimientos, patrones de sueño y humor. Los sitios como Mint rastrean tus gastos; las aplicaciones como RunKeeper te ayudan como entrenadores digitales. Esta tecnología te ayuda a estar más consciente de tus hábitos y te puede proporcionar una motivación muy necesaria en las áreas cruciales de tu vida.

7. Organízate: El papel puede estar en decadencia, sin embargo el desorden persiste. Con un poco de ayuda de la tecnología, es posible que hasta las personas más desordenadas puedan organizar sus vidas. Escribe notas para tu uso en Evernote para asegurarte que nunca más volverás a olvidar algo. Cámbiate a Google Drive para todo lo que escribas o crees, los ordenadores se averían (te prometo que el tuyo se dañará eventualmente) y no existe algo tan devastador como perder los frutos de tu trabajo. Además, Google Drive te facilita colaborar y acceder a tu trabajo desde cualquier sitio, y la co-creación y conveniencia aumentan la felicidad.

8. Sé eficiente: Como lo mismo casi todos los días en el desayuno y la comida. ¿Por qué? Porque he encontrado algo que me gusta y me hace sentir bien, y porque muchas opciones nos hacen menos felices. Un mayor número de opciones requiere de nosotros tiempo y energía y nos quita la concentración de otras cosas importantes. Además, un mayor número de opciones crea un sentimiento de ansiedad por tomar la decisión "correcta". Consigue tecnología para aumentar la eficiencia y bloquear un poco de ruido.

Utiliza un agregador como Feedly para enfocarte en los temas y artículos que sean interesantes y relevantes para ti; descarga Stitcher para crear listas de "podcasts" y escucha tus estaciones favoritas; suscríbete a Goodreads para recibir recomendaciones de libros de tu red social; y comunica a Shosh las preferencias de tu estilo de vida para recibir sugerencias semanales sobre cómo planear tus citas y tus aventuras durante el fin de semana.

9. Desconéctate: Haz tiempo todos los días para estar libre de tecnología. Recomiendo mucho apagar tu teléfono en la noche. No, no lo pongas en silencio, ni te pongas "no disponible". Apágalo. "¡Pero lo uso como despertador!". No hay problema: puedes comprar un reloj despertador barato y confiable justamente para que cumpla con ese propósito. Apagar tu teléfono (y otros aparatos) en realidad te ayudará a que descanses más cuando duermes.

Luego, saca más tiempo en otras ocasiones para dejar de usar los medios, o limítate de forma periódica a usar la tecnología en una actividad específica, como ver una película en Netflix con alguien más, o usar Spotify y organizar una fiesta de baile. (Inscríbete a la iniciativa "Undo email" y únete a la comunidad de personas que quieren desconectarse. Además recibirás sugerencias creativas de cómo pasar tu tiempo libre de tecnología).

10. Saca tiempo para ti: Estar sólo se ha vuelto un tabú, y la introversión es malinterpretada. A pesar del vínculo entre la felicidad y una sólida red social, hay algo llamado demasiada conexión. Es en la soledad y en la calma cuando retomamos fuerzas, encontramos inspiración y nos reenfocamos. Existe valor en nuestra propia compañía, sin las interrupciones de la tecnología. Haz tiempo para poder estar solo. Trata de meditar en la forma que mejor te parezca: medita mientras estás en movimiento, al caminar o practicar yoga. Sino, simplemente siéntate en silencio durante cinco minutos a medio día. Despeja tu mente, y te sorprenderás en cuántas ideas más se te ocurren.

¿Qué reglas sigues para balancear tu relación con la tecnología, y fomentar la felicidad digital? Opina en la sección de comentarios.