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Estados Unidos

La verdadera amenaza terrorista en EE.UU. desde el 11 de septiembre

Por CNN en Español

Por Peter Bergen y David Sterman, Especial para CNN

Nota del editor: Peter Bergen es analista de seguridad nacional de CNN y director de la Fundación New America. David Sterman es un estudiante graduado en el Programa de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Georgetown. Este artículo es una adaptación de "El terrorismo yihadista: Una evaluación de la amenaza", un informe del Proyecto de Seguridad Nacional del Centro de Política Bipartidista escrito por Peter Bergen con Bruce Hoffman, Michael Hurley y Erroll Southers.

(CNN) -- Estamos a punto de llegar a los doce años desde que ocurrieron los ataques terroristas del 11 de septiembre. Desde entonces, al Qaeda y sus grupos afiliados no han lanzado un ataque exitoso en Estados Unidos.

Sin embargo, las bombas en la Maratón de Boston, ocurridos en abril, son un recordatorio de que Estados Unidos todavía enfrenta una amenaza de terrorismo por parte de ciudadanos estadounidenses y residentes insatisfechos que son influenciados por la ideología de al Qaeda.

¿Cuál es el estado de este tipo de amenazas?

La buena noticia es que el número de extremistas yihadistas “locales”, quienes han sido acusados y condenados, ha disminuido a un ritmo constante durante los últimos años, según datos de New American Foundation Mientras hubo 41 casos en el 2009, ha habido 6 en lo que va de este año.

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El número de individuos acusados de planear atentados reales dentro de Estados Unidos (en lugar de otros crímenes relacionados al terrorismo, como recaudar dinero para un grupo terrorista) también disminuyó de 12 en el 2011 a sólo tres en lo que va del 2013.

En años recientes, los extremistas que planean atentados en contra de Estados Unidos también han mostrado pocas, si es que algunas, conexiones con grupos extranjeros. Se desconoce que alguno de los 21 extremistas locales involucrados en ataques en contra de Estados Unidos desde el 2011 hasta ahora en el 2013 haya recibido entrenamiento en el extranjero.

De estos extremistas, sólo uno, Tamerlan Tsarnaev, uno de los presuntos involucrados en los bombardeos de Boston, ha tenido contacto, según informes, con operativos militantes extranjeros. Sin embargo, todavía no está claro a qué grado, si es que fue el caso, dichos contactos jugaron un papel en el ataque de Boston.

Esta falta de coordinación entre extremistas internos y grupos extranjeros probablemente es el resultado de dos factores. Primero, la habilidad que las organizaciones terroristas tienen para coordinarse con extremistas en Estados Unidos se ha reducido a través del esfuerzos de control dentro del país, y de operaciones antiterrorismo en el extranjero.

Segundo, el uso de Internet entre extremistas yihadistas les permite estar en contacto con comunidades de extremistas en el extranjero, y ser radicalizados sin tener encuentros cara a cara.

De los 45 extremistas yihadistas "locales" que fueron acusados, condenados o que murieron desde el 2011 a la fecha, se sabe que 18 de ellos se comunicaron con otros extremistas por Internet, o que publicaron material relacionado a su radicalización en línea.

El cambio a la planeación por parte de individuos que carecen de vínculos con grupos extranjeros supone una amenaza distinta: atentados y ataques que son más difíciles de detectar, pero que probablemente son de menor escala. Y debido a las medidas que ahora están en vigor para prevenir la adquisición de precursores químicos y materiales adecuados para fabricar explosivos convencionales, los extremistas locales también a menudo han luchado por producir bombas efectivas.

Antes de los bombardeos de la Maratón de Boston, los yihadistas locales en Estados Unidos habían mostrado no tener éxito al producir explosivos. Joseph Jeffrey Brice, quien ha manifestado su admiración por Osama bin Laden y por el responsable de los bombardeos de Oklahoma City, Timothy McVeigh, casi muere en abril de 2010, cuando una bomba que estaba fabricando explotó antes de tiempo.

Un mes después, el coche bomba de Faisal Shahzad no logró explotar en Times Square, a pesar de que él había recibido entrenamiento en explosivos en Pakistán. Si los hermanos Tsarnaev fabricaron las bombas utilizadas en el ataque en Boston sin orientación de yihadistas en el extranjero, eso sugiere que las dificultades que otros militantes "locales" han tenido para construir o detonar explosivos pueden haber sido superadas. Por otro lado, el éxito de los Tsarnaevs tuvieron en la fabricación de las bobas pudo, fácilmente, haber sido una casualidad.

Mientras el número de acusaciones relacionadas al terrorismo disminuyó entre el 2009 y el 2013, el número de incidentes terroristas ha permanecido igual -más o menos uno por año- aunque no todos han resultado letales:

-- En junio del 2009, Abdulhakim Mujahid Muhammad mató a un soldado en las afueras de una estación de reclutamiento en Little Rock, Arkansas.

-- Cinco meses después, el Comandante Nidal Malik Hasan le disparó y mató a 13 personas en Fort Hood en Killeen, Texas.

-- En el 2010, el intento de Shahzad de colocar una bomba en Times Square fracasó cuando la bomba no se encendió correctamente.

-- El tiroteo desde un vehículo por parte de Yonathan Melaku en instalaciones militares al norte de Virginia en el 2011 no ocasionó muertes.

-- Los responsables de los bombardeos en la Maratón de Boston mataron a cuatro e hirieron a cientos de otros en abril del 2013.

Los incidentes ocasionados por extremistas locales continúan estando limitados en cuanto a su letalidad, y las operaciones más serias como los ataques del 11 de septiembre están muy por encima de las habilidades de incluso los extremistas internos más capaces.

Además, se desconoce que algún militante yihadista local en Estados Unidos haya adquirido o usado armas químicas, biológicas, radiológicas o nucleares (CBRN, por sus siglas en inglés), durante los últimos doce años. Vale la pena repetir este punto, ya que ha habido demasiados comentarios en cuanto a este tema durante la última década. De los 221 casos individuales de extremismo yihadista desde el 11 de septiembre, ningún caso involucró una acusación de adquisición de armas CBRN, ni de su fabricación o uso.

Sin embargo, el hecho de los extremistas yihadistas en Estados Unidos no han mostrado interés en las armas CBRN no elimina la necesidad de asegurar las posibles fuentes de agentes químicos, biológicos y radiológicos.

Según un conteo de New America Foundation, desde el 2001, 13 extremistas motivados por ideologías de derecha, un militante de izquierda y dos individuos con motivos idiosincráticos han desplegado, adquirido o tratado de adquirir armas químicas, biológicas o radiológicas.

Por ejemplo, William Krar y Judith Bruey, dos extremistas anti-gobierno, tuvieron bajo su posesión precursores químicos para el cianuro de hidrógeno, el cual discutieron utilizar a través del sistema de ventilación del edificio. Fueron arrestados en el 2003 y más tarde se declararon culpables.

La amenaza de extremistas locales al territorio de Estados Unidos ha sido controlada en los últimos años por varias medidas de seguridad. Según información recogida por New American Foundation, los familiares de extremistas y miembros de la amplia comunidad musulmana en Estados Unidos proveyó información útil en las investigaciones de más o menos un tercio de los extremistas yihadistas locales acusados o que han muerto desde el 11 de septiembre.

Miembros que no son parte de la comunidad brindaron informes útiles de actividad sospechosa en otro 9% de los casos de extremistas locales, mientras un informante o agente encubierto monitoreaba casi a la mitad de todos los extremistas locales.

Sin embargo, los bombardeos en la Maratón de Boston demuestran cuál es el potencial para que estas medidas de seguridad fallen cuando los atacantes tienen pocas, si es que tienen algunas conexiones, con grupos terroristas conocidos.

Viendo hacia adelante, una preocupación respeto al ataque en Boston es si representa un fracaso en la inteligencia que pudiera haber sido evitado por medio de una mejor implementación de las políticas existentes, o una nueva tendencia donde el extremismo del "lobo solitario" es altamente indetectable con los actuales revisiones sistemáticas que están en vigor.

La amenaza de extremistas locales ha cambiado substancialmente en los últimos tres años; se ha convertido en el terreno de menos individuos que están menos conectados con grupos extranjeros en comparación a otro tiempo, cuando sí era el caso.

Si esta situación se mantiene o no, dependerá de que las fuerzas de la ley puedan adaptarse de manera exitosa para confrontar la amenaza de individuos insatisfechos que residen en Estados Unidos y que son motivados por la ideología de al Qaeda. Además, también dependerá de que se pueda mantener los logros de los esfuerzos antiterrorismo contra al Qaeda en el exterior.