arrow-downcloseCNNEcomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Investigaciones

'Desnudan' momias en Egipto con tomografías computarizadas

Por Sebastián Jiménez Valencia

Por Daisy Carrington, para CNN

(CNN) -- El impulso por desnudar una momia puede ser fuerte. En el siglo XIX, los egiptólogos no pensaron dos veces en arrancarle las envolturas a una momia. Incluso Ramses el Grande no pudo evitar la humillación de ser desnudado frente a un público de curiosos espectadores.

Hoy en día, los expertos en el campo son más sensatos.

Si estás viendo esta nota en tu móvil, mira aquí la galería.

"Sin duda, es un proceso dañino, pierdes mucha información y perturbas a la misma momia. También es algo que no es necesario con los avances de la tecnología," dice el Dr. Daniel Antoine, el conservador de antropología física del Museo Británico en Londres.

La inmensa colección de sarcófagos del instituto ha permanecido en gran medida intacta durante más de 200 años. Este año, sin embargo, los investigadores han decidido nuevamente dar un vistazo debajo de las telas (y piel y músculos), aunque esta vez usando el escáner de tomografía computarizada de energía dual del Hospital Real de Brompton, uno de los más avanzados en Londres.

publicidad

La información que reúnan de las imágenes luego se introduce en el mismo programa de modelos en 3D utilizado por las compañías de autos para analizar los motores. La tecnología les ha dado la imagen más clara hasta la fecha de cómo fue la vida a lo largo del río Nilo hace 2.500 años.

"Le puedes decir al programa qué parte son vendas, hueso y piel, y puedes despegar esas capas. Prácticamente puedes eliminar las vendas para ver el cuerpo y todos los amuletos que lo cubran; después, quitas la piel para ver los huesos y los órganos que se hayan preservado", dice Antoine.

"Lo qué significa eso en lenguaje normal es que somos capaces de ver mucho más, con mayor claridad".

Tamut, la cantante del templo  

De los cuerpos que han examinado, ocho estarán en exhibición en el Museo Británico desde el 22 de mayo. La estrella de la exhibición es, sin duda, Tamut, una sacerdotisa y cantante del templo que murió en Luxor, Egipto alrededor del año 900 a.C.

Las imágenes tomadas con el escáner le han permitido a los científicos hacer muchos nuevos descubrimientos sobre Tamut. Al analizar su hueso pélvico, pudieron determinar su edad aproximada (entre 30 y 50). Cuando observaron sus arterias, encontraron una posible causa de muerte: acumulación de placas que podría haber dado lugar a un ataque cardíaco o derrame.

El equipo de Antoine también pudo ver con mucho detalle los amuletos colocados en su cuerpo (varios de ellos se han impreso en 3D utilizando la información del escáner CT).

"Incluso pudimos discernir las inscripciones en algunos de los amuletos", señala Antoine, entre ellos uno del Ojo de Horus en una placa que cubría la incisión que se utilizó para sacarle sus órganos internos.

"Se creía que el Ojo de Horus tenía propiedades curativas, así que podría haber sido utilizado para sanar sus heridas en el más allá", explica Antoine.

El hombre con mala dentadura  

Las imágenes también revelaron sorpresas sobre otra de las momias del Museo Británico. A pesar de estar en el sarcófago de una mujer, las imágenes de la tomografía computarizada le indicaron a los investigadores que el cuerpo era de un hombre que murió alrededor del año 600 antes de Cristo, y que probablemente vivió en un terrible dolor a causa de una gran cantidad de abscesos dentales.

"Hemos encontrado que muchas de las momias tenían terribles problemas de salud dental, especialmente caries y numerosos abscesos causados ​​por infecciones que se propagan al torrente sanguíneo", dice Antoine.

El hombre desconocido es particularmente un espécimen único, ya que además es evidencia de un trabajo desastroso de embalsamado. Las imágenes muestran que ambas secciones del cerebro aún se encuentran dentro de su cráneo, al igual que parte de la espátula que utilizaba para sacarlo.

"Hay pocos ejemplos de tales sondas, así que es genial ver la forma de la que habrían usado", dice Antoine. "Enfatiza algunos de los problemas a los que los embalsamadores se enfrentaban. El agujero dentro del cráneo a través del cual se extraía el cerebro rara vez es mayor a 2,5 centímetros, lo que demuestra que había un fuerte conocimiento de la anatomía humana".