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Mundo

¿Quebraron la barba del rey Tutankamón y la pegaron con epoxi?

Por Juan Andrés Muñoz

Por Laura Smith-Spark, CNN

(CNN) -- Un restaurador de museo le dijo a los medios egipcios que alguien rompió la valiosísima máscara funeraria del rey Tutankamón y la pegó a la carrera con un pegamento inadecuado.

El restaurador, que habló en condición de anonimato, le dijo a Ahram Online, un sitio web estatal de Egipto, que la barba de la máscara se rompió accidentalmente al caerse cuando la estaban limpiando el año pasado en el Museo Egipcio de El Cairo.

Agregó que rápidamente pusieron la barba azul y dorada trenzada en su sitio con "epoxi", un tipo de adhesivo muy fuerte.

Según sus palabras, "el epoxi no era un material apropiado para restaurar la máscara, aunque es un material de restauración con muy alta resistencia para pegar metal y piedra".

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El restaurador dijo que ahora había un vacío entre la máscara y la barba, el lugar donde se secó el pegamento.

No obstante, el director general del Museo Egipcio, Mahmoud El-Halwagi, desestimó estas afirmaciones en una entrevista con Ahram Online, y aseguró que la barba está en su posición original y que no le pasó nada a la máscara desde que él asumió su cargo en octubre.

"Se asignó un comité arqueológico para inspeccionar la máscara y la barba con el fin de redactar un informe detallado sobre el estado de la máscara", señaló.

Mamdouh Eldamaty, ministro de antigüedades, también le dijo a Ahram Online que las informaciones sobre daños en la máscara carecen de fundamento.

La máscara, fabricada para el entierro del niño faraón y descubierta en su tumba en 1922, es una de las piezas más extraordinarias de Egipto.

Según el Museo Británico, con base en el análisis de su momia, Tutankamón, quién gobernó desde 1336 hasta 1327 AC, tenía alrededor de 17 años cuando murió. Se desconocen las causas de su muerte.

Si se confirma, no sería la primera vez que un tesoro histórico sufre daños dentro de una institución que se supone lo mantiene a salvo.

En 2006, el tropezón de un visitante en el museo Fitzwilliam de Cambridge, Inglaterra, quebró tres grandes y valiosos jarrones de la dinastía Qing china. Los miles de fragmentos de porcelana fueron minuciosamente reunidos y reparados.