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Guatemala

Guatemaltecos demandan a universidad de EE.UU. por contagiarlos con sífilis

Por Sebastián Jiménez Valencia

Por Ralph Ellis, CNN

(CNN) — ¿Recuerdas el experimento de la sífilis de Tuskgee en los años 1930?

Científicos estudiaron a afroestadounidenses de bajos recursos en Alabama que habían contraído la enfermedad venérea pero no les dijeron que portaban dicha enfermedad o no hicieron algo al respecto para curarlos.

Una demanda presentada esta semana alega que tanto la Universidad John Hopkins como la Fundación Rockefeller ayudaron a llevar a cabo un estudio similar en Guatemala de 1945 a 1956.

Huérfanos, presos, pacientes psiquiátricos y prostitutas fueron infectados deliberadamente con enfermedades de transmisión sexual para determinar qué drogas, incluyendo la penicilina, trabajan mejor en parar las enfermedades, dice la demanda.

Los sujetos de la experimentación no fueron avisados de haber sido infectados, detalla el documento, causando la muerte de algunos y de otros que pasaron la enfermedad a sus esposos, parejas sexuales e hijos.

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La demanda busca 1.000 millones de dólares por daños y tiene 774 demandantes, incluyendo personas que fueron sujetos del experimento y sus descendientes.

Esta es la segunda demanda que recolecta daños.

LEE: EE.UU. publica el informe sobre experimentos humanos en Guatemala

En 2012 se presentó una demanda colectiva en contra del gobierno de los Estados Unidos sobre los experimentos en Guatemala dirigido por el Servicio de Salud Pública de EU. Un juez la rechazó, argumentando que los guatemaltecos no podían demandar a Estados Unidos por quejas que sucedieron en el extranjero.

La nueva demanda fue archivada en la corte de la ciudad de Baltimore.

John Hopkins y la Fundación Rockefeller archivaron declaraciones en sus sitios web condenando los experimentos, pero negando su responsabilidad.

La demanda alega que la Fundación Rockefeller financió la investigación de John Hopkins en cuestiones de salud pública, incluyendo las enfermedades venéreas, y empleó a los científicos encargados de supervisar los experimentos de Guatemala.

La demanda, dijo el comunicado de la Fundación Rockefeller, "busca incorrectamente asignar ‘culpabilidad por asociación’ en ausencia de compensación por parte del gobierno federal de los Estados Unidos”.

La demanda dice que John Hopkins y la Fundación Rockefeller diseñaron, apoyaron y se beneficiaron de los experimentos de Guatemala.

Bristol–Myers toma ‘muy enserio el asunto’

El grupo farmacéutico Bristol-Myers Squibb y el dueño de esa compañía, Mead Johnson, también son acusados. La compañía farmacéutica suministra medicamentos para los experimentos, dice la demanda.

El sábado, un portavoz de Bristol-Myers Squibb envió un comunicado a CNN:

"Acabamos de recibir la queja en este asunto. Bristol-Myers Squibb jugó un papel importante en el desarrollo de la penicilina en el pasado y hoy continuamos  centrando nuestro trabajo en el desarrollo de medicamentos innovadores para enfermedades graves. Como empresa dedicada a pacientes, tomamos este asunto muy en serio y estamos revisando las denuncias".

Nadie duda de que los experimentos sucedieran,

En 2010, la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton se disculpó con Guatemala por los experimentos, diciendo que fueron “claramente inmorales”.

En los años 1930 y 1940, el gobierno siguió una política de financiamiento a la investigación científica médica, pero no el control de los médicos individuales, dice la demanda. El documento dice que John Hopkins controló e influenció los páneles designados que autorizaron fondos para la investigación de enfermedades venéreas.

Agrega que las prostitutas fueron infectadas intencionalmente para difundir la enfermedad y que las espiroquetas de la sífilis fueron inyectadas en el líquido cefalorraquídeo de los sujetos. Una mujer en un hospital psiquiátrico tenía pus por gonorrea infectada por un sujeto masculino inyectado en ambos ojos, dice la demanda.

La demanda no dice por qué los experimentos terminaron. Los resultados nunca fueron publicados y no fueron revelados hasta 2011, cuando la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética escribió una carta al presidente Barack Obama contándole de su investigación, dice el documento.

Deanna Hackney contribuyó con este reporte.