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¿Por qué no podemos olvidar el Golfo?

Por Philippe Cousteau Jr.

(CNN) -- El otro día estaba revisando cientos de fotografías con la esperanza de encontrar un punto de partida para este artículo. Ver fotografías antiguas normalmente es una experiencia agradable... encontrarse con una boda o recuerdos de momentos felices que vivimos con familiares y amigos.

Sin embargo, en esta ocasión, tuve que hojear imágenes de una época devastadora que desearíamos, nunca hubiera pasado, pero no nos podemos dar el lujo de olvidar.

Playas de arena blanca manchadas de lodo negro, vías fluviales y vida salvaje cubiertas de petróleo, negocios destruidos y pancartas colocadas frente a las casas que pedían justicia y ayuda.

Cinco años después de que la catástrofe de la plataforma petrolera Deepwater Horizon, en la que 11 personas perdieron la vida, acabara con la forma de subsistencia de los habitantes y causara estragos en la región natural del golfo de México, la cual ya era frágil en aquel momento, debemos preguntarnos ¿qué hemos aprendido? Y ¿qué estamos dispuestos a hacer para asegurarnos de que esto no suceda de nuevo?

Pasé gran parte del 2010 en el golfo; viajé por las comunidades, pasé tiempo con las personas y fui testigo del impacto de esta catástrofe ambiental. Cinco años después, regresé para ver qué había cambiado y qué es lo que seguía igual.

Primero, es importante entender que el principio "ojos que no ven, corazón que no siente" no aplica en las comunidades de los estados de costa del golfo. El legado del derrame de petróleo de Deepwater Horizon sigue atormentando a esta región como si se tratara de un cáncer recurrente. En este viaje más reciente, vi los remanentes fantasmales de islas enteras que prácticamente fueron consumidas por el petróleo, y me enteré de pescadores y recolectores de ostras cuyas formas de subsistencia aún se ven afectadas por lo que ocurrió hace cinco años.

Por supuesto, eso no quiere decir que no haya habido progreso. Grupos comunitarios y organizaciones dedicadas han trabajado sin descanso para restaurar y reparar no solo el ambiente físico, sino también la forma de vida. Este es un trabajo de importancia fundamental, y merece nuestra atención y recursos adicionales para que siga avanzando.

Pero no nos engañemos: aunque una especie de normalidad ha regresado a la región del golfo y ha habido avances importantes, el petróleo todavía esta allí.

Lo que sabemos y no sabemos acerca del derrame de petróleo

Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Florida calcula que hasta 10 millones de galones de ese petróleo aún se encuentran en el lecho marino del golfo. (BP cuestiona el estudio).

Las cosas no han "vuelto a la normalidad".

Hasta ahora, BP ha gastado más de 14.000 millones de dólares en las operaciones de limpieza, y a pesar de que aseguran que todo se está recuperando, vimos cómo un equipo en una playa en Barataria Bay (frente a Luisiana) extraía arena manchada de aceite. No me parece que se trate de una recuperación.

Y aunque este tipo de observación rara vez resulta agradable, es de importancia fundamental para evitar otra tragedia como la del derrame de petróleo de Deepwater Horizon, o una posiblemente mucho peor.

Es importante mencionar que para las áreas como el golfo, las cuales ya se ven afectadas por las extracciones, muchas de las reformas de sentido común que la Comisión Nacional pidió en relación al derrame en enero de 2011 aún no han sido implementadas.

Y, sin embargo, a principios de este año, el gobierno de Obama propuso un plan de cinco años de extracción de gas y petróleo mar adentro que, además de nuevas áreas en el golfo, abriría el sureste de la costa atlántica desde Virginia hasta Georgia, al igual que la mayor parte de la zona silvestre del ártico a la extracción de gas y petróleo mar adentro.

En el caso del ártico, uno de los últimos hábitats oceánicos impolutos, las compañías petroleras tienen que admitir que no están preparadas para protegerlo contra los desastres que puedan ocurrir si se permite que el plan avance.

Imagina lo que sucedería si un derrame de petróleo ocurriera en una región donde la poca tecnología que tenemos, como barreras flotantes e incendios controlados, resulta inútil en la tierra de los icebergs flotantes y las tormentas catastróficas. En el caso del litoral del Atlántico, el incremento de las fuertes tormentas y el aumento del nivel del mar, así como lo que está en juego desde el punto de vista ecológico, no pinta un cuadro más optimista.

Tenemos una elección sencilla: o seguimos cometiendo los mismos errores con un enfoque de "aquí no ha pasado nada", o cambiamos la manera en la que gestionamos y utilizamos los recursos que nos da la Tierra. No estoy diciendo que el camino que tenemos por delante sea fácil. No lo es, pero es un reto que tenemos que aceptar. Algunas soluciones son relativamente directas: responsabilizar a la industria y a nuestro gobierno por la seguridad humana y ambiental ciertamente ocupa el primer lugar de la lista.

Tomarse el tiempo y el esfuerzo para entender cuáles son nuestros recursos naturales antes de que los explotemos es otra. A pesar de su importancia para la navegación, la pesca, la explotación de gas y petróleo y la seguridad marítima, nuestra comprensión de cómo funciona el sistema del golfo sigue siendo extremadamente limitada. Es de importancia fundamental que se realice una investigación independiente en el golfo de México, libre de la influencia de las corporaciones y el gobierno.

Proyectos como trazar mapas de hábitats puede dar lugar a un sinnúmero de beneficios ecológicos, como la mejora de evaluación de la salud de la pesca, una línea base para el seguimiento de miles de millones de dólares en esfuerzos de restauración, fundamentos esenciales para el modelado y el monitoreo del ecosistema del golfo y una herramienta de planificación para una mejor gestión de uno de los cuerpos de agua que más trabaja en el mundo.

Y, quizás este sea nuestro mayor reto y el más importante: debemos seguir eliminando nuestra dependencia de los combustibles fósiles mediante el desarrollo de soluciones basadas en la energía sostenible, entre ellas la energía solar y la eólica, y los empleos y las oportunidades sostenibles que siguen el tipo de innovación pionera que hace que Estados Unidos sea un país tan excelente.

No mucho tiempo después de que comenzara el derrame, le estaba dando una plática a un grupo de estudiantes de una escuela primaria con mi organización de educación ambiental sin ánimo de lucro, EarthEcho International. Los estudiantes estaban horrorizados y afectados por lo que estaba ocurriendo en el golfo. Y al final de la sesión de preguntas y respuestas les pregunté ¿quién va a limpiar este desastre?"

Todos levantaron la mano y dijeron al unísono "nosotros".

He contado esta historia en el transcurso de los años, y siempre me ha dado esperanza.

Pensar en esos niños ahora también refuerza mi resolución de asegurarme de que no tengan que cumplir con esa promesa.

Las siguientes coaliciones y organizaciones locales y nacionales ofrecen excelentes puntos de partida para involucrarse en el movimiento para restaurar el golfo y sus comunidades, y para asegurarse de que tomamos las medidas necesarias para evitar que la historia se repita: Gulf Future Coalition, Ocean Conservancy y Natural Resources Defense Council.