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Cuba

Forrest Gump y Raúl Castro

Por Camilo Egaña

(CNN Español) -- El deshielo de las relaciones entre la China comunista y Estados Unidos comenzó con la diplomacia del ping-pong, con varios partidos entre tenistas de los dos países. Eso desbrozó el camino para la visita que en 1972 hizo el presidente Richard Nixon a Beijing. Y Forrest Gump siempre lo tuvo claro.

A Porgy and Bess, una ópera sobre la vida de los negros en el sur de EE.UU. en los años 30, que escribió un neoyorquino judío blanco e hijo de inmigrantes rusos —George Gershwin— le debemos, además del aria “Summertime”, que por primera vez en muchos años, soviéticos y estadounidenses se miraran sin tanto recelo. Se logró tras el viaje homérico de un puñado de artistas negros a Leningrado y Moscú en plena Guerra Fría.

Este martes el Cosmos de Nueva York y la selección cubana de fútbol disputan en la isla un partido amistoso. Las 20.000 entradas del estadio habanero se han agotado. Pelé, que jugó con el Cosmos hace 20 años, es el invitado especial del partido y dice que el fútbol ayuda a que la gente haga las paces.

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Como sucedió en la Navidad de 1914, cuando alemanes e ingleses terminaron cantando villancicos y jugando futbol en plena Guerra Mundial. Aquella noche la artillería se mantuvo en silencio, los soldados de ambos bandos recogían los cadáveres y con lágrimas de hombre, que son más gruesas y estridentes, los enterraban al tiempo que alguien leía un fragmento del Salmo 23:

Aunque camine por un valle oscuro
no temeré mal alguno porque Él está conmigo.

A veces un poco de fe y mucho de sentido común ayudan más que cualquier otra cosa. Forrest Gump lo tenía claro. ¿Por qué los demás no?