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Juegos Olímpicos

A estos atletas olímpicos de Estados Unidos no se les paga como supercampeones

Por Aizha García

(CNNMoney) -- Son los atletas más talentosos del mundo y las promesas olímpicas de Estados Unidos, pero no se les paga como tal.

De hecho, a ellos no les da un salario completo. Algunos reciben pequeñas becas o apoyos, pero no es suficiente. Como resultado, los atletas tienen que luchar para poder entrenar para los Juegos Olímpicos de Río 2016 y al mismo tiempo pagar el alquiler.

Eso significa que los atletas tienen que maniobrar para mantener un trabajo de medio tiempo y conseguir donaciones para su vuelo. Lo sorprendente es hasta qué punto estas personas dependen de las donaciones y la bondad de los demás.

Ibtihaj Muhammad, de 30 años, se sintió atraída por la esgrima porque el uniforme ―de pies a cabeza― se adapta perfectamente a los ideales de su fe islámica.

Ella es la primera mujer en el equipo estadounidense de esgrima que usa el hiyab (un velo que cubre su cabeza y su pecho).

Y aunque la esgrima puede ser modesta, no es barata.

El puro uniforme, que incluye una máscara, pantalones, chaqueta y tenis especiales, tiene un costo de de 1.200 dólares. Las armas cuestan de 300 a 400 dólares cada una. A esto se suma el pago del instructor, gastos para torneos y viajes.

“La esgrima es uno de los deportes olímpicos más caros”, dijo Muhammad. “Puede gastar más de 20.000 dólares al año”.

Al igual que muchos atletas olímpicos, Muhammad debe dinero a empresas locales, en su caso es al club donde entrena.

"Yo no estaría en la esgrima si no fuera por el club que me apoya" dijo. "Me subsidia varios de los pagos y eso me ha mantenido en marcha".

La atleta recibe una pequeña beca del Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC, por sus siglas en inglés) pero no muchos deportistas la tienen. Sin embargo, Muhammad cuenta con patrocinios de marcas como Visa y Dick's Sporting Goods. Incluso tiene su propia línea de moda, Louella, que también le produce ingresos.

A pesar de ello, no cubre el lo necesario para ir a Río con su familia, así que comenzó una campaña para recaudar 35.000 dólares. A nueve días de iniciar el fondeo, ha recaudado más de 15.000 dólares.

El ciclista que se niega a quejarse 

El brazo derecho de Joe Berenyi fue amputado después de un accidente laboral en 1994, lo que le obligó a dejar su trabajo en la construcción. Comenzó en el mundo del ciclismo en 2007, y ganó medallas de oro, plata y bronce en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.

A pesar de su éxito, el ciclismo no ha sido lucrativo, por lo que su esposa es el principal soporte de su familia. Ambos han sido capaces de pagar el alquiler y cuidar de sus tres hijas, pero han tenido que renunciar a casi todos los lujos.

Solo su hija mayor tiene un teléfono celular y no hay ningún viaje a Disney World.

"No voy a llorar porque estoy haciendo lo que me gusta", dijo. "Competir le ha quitado lo negativo a mi discapacidad y me ha dado más confianza en la vida".

Berenyi, de 47 años, recibe un sueldo mensual de 1.000 dólares por parte del Equipo estadunidense de Ciclismo paralímpico, pero no tiene mayores endosos.

Al igual que Muhammad, tiene un benefactor: una tienda local de bicicletas, la cual paga todas sus necesidades relacionadas con el ciclismo: reparaciones y el equipo. La tienda le ha permitido ahorrar miles de dólares, pero a pesar de ello “tiene que seguir luchando”. La tienda incluso recaudó dinero para llevar a su familia a Londres.

Berenyi señaló que a los atletas paralímpicos se les paga menos por ganar una medalla: 5.000 contra los 25.000 que ganan los deportistas olímpicos.

"Somos tan minimizados", dijo Berenyi. "No me quejo, pero no sé cómo puedo hacer que esto cambie".

El corredor que abandonó todo

El velocista Brandon Hudgins había vivido con 15.000 a 18.000 dólares al año desde 2011. Pero en junio pasado renunció a su trabajo.

Ganaba 10 dólares por hora en un hotel, donde dio la noticia que tenía que renunciar y prepararse para su carrera. Según los cálculos de Hudgins, de 29 años, todos sus ahorros le alcanzarán hasta “mediados de julio".

"¿Qué es más importante: 19 años de correr o un trabajo con un salario mínimo? Solo tuve que dar el salto y en realidad no estoy sacrificando nada, porque estoy haciendo lo que me gusta”, dijo.

Hudgins se vio obligado a estar cuatro años fuera de las pistas, debido a una vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos que puede cortar el suministro de sangre).

Ahora es activista y miembro de la Vasculitis Foundation, lo cual le ha ayudado a cubrir algunos gastos del viaje.

Además, Hudgins tiene que darse prisa: pidió trabajar como staff en un campo de carreras y la oportunidad de competir para ganar algún premio de oro, plata o bronce. Además espera vender sus artículos en la plataforma AthleteBiz, la cual le dará un porcentaje de las ventas.

Hudgins ha sacrificado mucho, pero los Juegos Olímpicos no son una garantía. Actualmente ocupa el lugar 13 y las eliminatorias de 1.500 metros son esta semana, donde saldrán solo tres corredores que irán a Río.