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Cambio climático

Existe una frase que puede decidir el destino del planeta

Por John D. Sutter

Nota del editor: John D. Sutter es columnista de CNN Opinión y se enfoca en cambio climático y justicia social.

(CNN) -- Se espera que pronto el presidente de Estados Unidos Donald Trump decida si se retira del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, que es la promesa del mundo (195 países lo firmaron) para ponerle fin a la era de los combustibles fósiles y evitar una catástrofe climática.

Ahora ha quedado claro que la decisión de Trump podría reducirse a una sola frase.

Así que... desentrañemos esa frase. Porque esa frase y, consecuentemente, la participación de Estados Unidos en el Acuerdo de París podría ayudar a determinar el futuro del planeta.

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Aquí está, el Artículo 4.11 del Acuerdo de París del 2015 (advertencia: es aburrido, pero sigan conmigo): “Las Partes podrán ajustar en cualquier momento su contribución determinada a nivel nacional que esté vigente con miras a aumentar su nivel de ambición, de conformidad con la orientación que imparta la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el presente Acuerdo”.

Y aquí está mi dura traducción en lenguaje humano: cualquier país que firme el Acuerdo de París tiene que comprometerse a reducir la contaminación, lo que se definió como “contribución determinada a nivel nacional”. Estados Unidos, por ejemplo, se comprometió a reducir las emisiones que retienen el calor entre un 26% y un 28% por debajo de los niveles del 2005, para el año 2025.

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Esos compromisos son bloques fundamentales de este acuerdo. El objetivo general es eliminar la contaminación por combustibles fósiles en este siglo, evitar que las islas bajas se hundan y que se sigan inundando ciudades como Nueva Orleans y crear una forma de huir del calentamiento que los científicos aseguran podría resultar en una extinción masiva. Ojalá que estos compromisos para la reducción de la contaminación se vuelvan MÁS AMBICIOSOS a lo largo del tiempo. Pero no estamos diciendo explícitamente que DEBEN ser más ambiciosos.

La última parte esa sobre la ambición– parece ser el punto conflictivo para Trump.

¿Esta frase REQUIERE que Estados Unidos mantenga su actual compromiso, que fue adquirido por el gobierno de Barack Obama? ¿O puede reconsiderar su compromiso y ser MENOS AMBICIOSO?

La primera posibilidad quizás empuje a Trump fuera del acuerdo. La segunda podría ser más fácilmente digerible para el gobierno.

Hay que indicar claramente que ninguna de esas opciones es buena para el planeta.

Lo mejor para la salud de la Tierra y sus habitantes sería que Trump permanezca en el Acuerdo de París y que mantenga su compromiso actual. Los responsables de las políticas han identificado un aumento de 2°C (3,6 Fahrenheit) como la línea roja del calentamiento.

Ya superamos ese calentamiento y vivimos en un mundo en que el clima está cambiando por completo (las huellas del hombre están en muchos de los eventos climáticos extremos que estamos experimentando, sobre todo en las olas de calor y en los récords de temperatura).

Los compromisos existentes en el Acuerdo de París han puesto al mundo aproximadamente en 3,4°C de calentamiento, lo que es inaceptable. Por eso, los negociadores alientan a los países a potenciar sus compromisos a lo largo del tiempo.

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Los expertos en clima hablan con frecuencia de este asunto de la ambición como un “mecanismo de trinquete”. Es una metáfora adecuada. Piensa en tu caja de herramientas. Un trinquete o llave de tubo– es una herramienta que te permite apretar tornillos en una sola dirección. No puedes girar la llave en el otro sentido sin tener problemas.

Es lo mismo que pasa con el objetivo del Acuerdo de París: que los países reconozcan que sus compromisos actuales no son suficientes y que avancen para contaminar menos, hasta que un día el mundo dependa de energías limpias, como la energía eólica, la solar, la hidráulica, etc.

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Todd Stern, enviado especial de Obama para el cambio climático, me explicó esta semana que aunque ese es el objetivo del Acuerdo de París, los países no están obligados legalmente a aumentar sus ambiciones. De hecho, me dijo, los negociadores discutieron ese tema y luego excluyeron de la redacción de todas las frases importantes que se requería que los países no moderaran sus compromisos.

“Obviamente no queremos que haya partes que se echen para atrás, pero también pensamos que sería contraproducente tener un listón legal que diga que no puedes hacerlo”, me dijo Stern.

Stern preferiría que el gobierno de Trump permanezca en el Acuerdo de París mientras desarrolla cualquier tipo de políticas frente al calentamiento climático, más que simple y formalmente se retire del acuerdo.

Ambas son opciones horribles, reconoce. Pero la primera sería menos catastrófica.

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Piensa en el Acuerdo de París como una gran fiesta global, me dice Stern. Él prefiere ver al Estados Unidos de Trump “sentado en una esquina, molesto”, y no abandonando la fiesta. Porque si eso sucede, afirma, “de repente” los otros países comenzarán a pensar “que realmente esta no es una fiesta tan interesante”.

Y puede que luego cancelen por completo la fiesta.

¿Se quedará o no Estados Unidos en la fiesta? La decisión puede reducirse una frase.