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Esto es una prueba

Crimen

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De terror: la enfermera condenada por la muerte de un bebé y acusada de matar a por lo menos 60 niños

Por Ralph Ellis, Randi Kaye

(CNN) – El crimen que los fiscales de Texas demostraron hace tres décadas es horroroso: una enfermera, encargada del cuidado de niños, mató a una bebé de 15 meses inyectándole drogas poderosas, aseguraron los funcionarios. Y, tal parece, que ese no fue su único crimen.

Genene Jones fue condenada a 99 años de prisión. Hasta que, recientemente, las autoridades descubrieron que podría salir de la cárcel a finales de mayo de 2018 tras cumplir menos de un tercio de su sentencia, gracias a una antigua ley diseñada para evitar el hacinamiento en los centros penitenciarios.

Consternadas, las autoridades empezaron a investigar de nuevo a Jones. Ahora aseguran que docenas de niños, una suma de al menos 60, murieron bajo su cuidado.

Este jueves se presentaron nuevos cargos en su contra.

Jones, quien ahora tiene 66 años y sigue en el sistema penitenciario, fue acusada de un asesinato en diciembre 12 de 1981: la muerte de Joshua Sawyer, un bebé de apenas 11 meses. De ser hallada culpable, esta enfermera podría pasar el resto de su vida en una cárcel.

El fiscal distrital del condado de Bexar Nico LaHood reveló que la evidencia prueba que ella asesinó al niño con una dosis tóxica de la medicina Dilantin, mientras él era un paciente del Hospital de Bexar en San Antonio (Texas), que ahora es llamado Hospital Universitario.

LaHood le aseguró a CNN que su departamento tuvo “ojos frescos” para revisar la evidencia antigua del caso original en la década del 80 y descubrió nuevas pruebas para el proceso penal. La madre de Sawyer, además, guardó los registros médicos y se los entregó a los investigadores, según le explicó el fiscal a la afiliada de CNN KSAT.

Sin embargo, el funcionario no entregó información sobre los motivos que habría tenido la enfermera para el asesinato.

“Como el resto de la gente es consciente, yo también creo que los niños son un regalo del Señor”, aseguró LaHood. “Genene Jones no veía a los niños de esta manera. Ella es pura maldad y la justicia garantiza que sea hallada responsables por los crímenes que cometió”, insistió.

Aumento de las muertes de niños

LaHood informó que Jones trabajó por cerca de cuatro años en hospitales del área de San Antonio. Las unidades pediátricas pusieron en evidencia un aumento en la muerte de niños durante los turnos en los que Jones trabajaba, normalmente de 3 de la tarde a 11 de la noche, reveló Cheri Pendergraft, una antigua enfermera pediátrica que solía trabajar con Jones.

Durante la investigación, el departamento de LaHood pudo establecer que Jones podría ser responsable por la muerte de cerca de 60 niños: una cifra que calcularon los investigadores al analizar los pacientes niños que murieron mientras ella estaba de turno en los hospitales.

También consideraron a los menores que fallecieron justo después de que terminaran las horas laborales de la enfermera.

LaHood no explicó si se presentaran otros cargos.

La droga que les paraba el corazón

Jones fue condenada por primera vez en 1984, debido a la muerte de Chelsea McClellan, quien tenía apenas 15 meses cuando su madre la llevó a la clínica local de Kerrville, Texas, a una hora de San Antonio.

“Ella le puso la primera inyección en su muslo izquierdo y la bebé inmediatamente empezó a respirar con dificultad”, le aseguró Petti McClellan-Wiese a CNN durante una entrevista en 2013. “Cuando la volvió a inyectar, ella inmediatamente quedó sin fuerzas y dejó de respirar”, añadió.

En el afán de llevar a Chelsea de la clínica al hospital, Jones se las arregló para colarse en la ambulancia y proporcionarle una tercera dosis a la pequeña.

McClellan-Wiese se enteraría después de que la enfermera le había inyectado a su hija una droga llamada succinilcolina, que provoca relajamiento de los músculos y parálisis a corto plazo. La medicina detuvo el corazón de Chelsea.

Jones se declaró no culpable y aseguró que no tenía ninguna relación con las muertes.

Fue sentenciada en el condado de Williamson por infanticidio y condenada a 99 años de cárcel por asesinar a Chelsea.

Luego, en 1984, fue procesada en el condado de Bexar por inyectarle a Rolando Santos, quien entonces tenía solo cuatro semanas de nacido, una dosis letal de heparina. Por este caso recibió una sentencia de 60 años de prisión, según la información de la oficina de LaHood. El bebé sobrevivió al ataque.

Las dos sentencias debían cumplirse simultáneamente.

Fianza de un millón de dólares

LaHood aseguró que el caso de Jones ha enfadado a la comunidad de San Antonio por años, especialmente cuando las personas se enteraron de que podría quedar libre después de pagar 34 años de los 99 que le corresponden, por una Ley de Liberación Obligatoria.

Esa legislación permite que los presos condenados por crímenes violentos entre 1977 y 1987 sean dejados en libertad automáticamente si sus beneficios por “buen comportamiento” más el tiempo que han pagado en la cárcel suman el equivalente a la sentencia. La ley fue modificada en 1987 para excluir a los criminales violentos, pero no es retroactiva.

De manera que Jones pudo haber salido de la cárcel en mayo de 2018, informó el fiscal.

“Siempre sorprendió a la gente que esta mujer cumpliera un tercio de su condena", sostuvo LaHood.

No se sabe si Jones tiene un abogado para el nuevo caso del que se le acusa.

Jones está detenida en una prisión de Gatesville, Texas, y será llevado al condado de Bexar el próximo año, añadió LaHood. La fianza por los nuevos cargos fue fijada en un millón de dólares.