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Cuatro razones por las que el certificado falso de salud de Donald Trump importa

Por análisis de Chris Cillizza

(CNN) -- Harold Bornstein, el médico personal de hace mucho tiempo de Donald Trump, es un personaje cómico. Desde su pelo largo y su rara manera personal y pronunciamientos, es alguien que es difícil tomar en serio.

Así que cuando Bornstein le dijo a CNN este martes que en 2015 Trump le había dictado personalmente la carta en la que el médico juraba que la salud del entonces candidato presidencial era buena, la primera reacción de muchos fue reírse.

Harold Bornstein, médico de Donald Trump, en una fotografía de 2015. (Créditos: Joe Marino / NY Daily News vía Getty Images)

¡Claro que lo hizo! El lenguaje fue totalmente Trumpiano. "Su fuerza física y resistencia son extraordinarias", “escribió” Bornstein. “Si es elegido el señor Trump, puedo afirmarlo inequívocamente, será el sujeto más saludable que se haya elegido para la presidencia”.

Pero descartar esta situación como una broma es perderse los puntos más importantes. Y sí, hay puntos muy importantes.

1. El presidente de Estados Unidos, como candidato, falsificó una carta de su doctor para resolver preguntas sobre su edad y salud

Por ahora, la voluntad de Trump para doblegar la salud es rigurosa. Pero, considera lo que hizo aquí. A los 70 años Trump es la persona más vieja en la historia de Estados Unidos en haber sido elegida por primera vez como presidente. Su dieta y régimen de ejercicio no sería descrito por nadie como particularmente saludable.

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Esos factores llevaron a hacerse preguntas sobre el estado físico y mental de Trump para el trabajo durante la campaña de 2016. El retroceso de Trump fue la carta de Bornstein. Seguro el médico se ve y suena un poco excéntrico, pero él ha sido el médico de Trump por más de dos décadas, ¿correcto?. Como nadie pudo probar que esa carta fue una farsa —que al parecer lo es— la única opción para los reporteros fue tomarla, en términos generales, al pie de la letra. Trump lo sabía y lo explotó a la enésima potencia.

2. Trump atacó repetidamente a Hillary Clinton diciendo que no era lo suficientemente saludable para ser presidenta

Desde el principio, Trump buscó hacer de la resistencia y resiliencia de Clinton —ambas palabras clave para describir su salud general— un problema de campaña. Ese esfuerzo se redobló después de un video en el que Clinton fue capturada tambaleándose al salir de un evento conmemorativo del 11 de septiembre en Nueva York.

“Dijeron neumonía el viernes, pero ella estaba tosiendo muy, muy mal hace una semana, e incluso antes de eso, si lo recuerdan”, dijo Trump en CNBC poco después del incidente de Clinton. “Esta no fue la primera vez. Así que es muy interesante ver qué está pasando”.

En el primer debate general electoral, Trump fue más mordaz. “Ella no tiene la apariencia”, dijo él de Clinton. “No tiene la resistencia, yo digo que ella no tiene la resistencia y no creo que tenga la resistencia”.

En un evento en Pensilvania a principios de octubre, Trump se burló del tambaleo de rodillas de Clinton en septiembre. “¿Se supone que debe luchar contra todas esas cosas y no puede ni siquiera completar 4 metros hacia su auto? Denme un respiro, denme un respiro”, dijo él.

E hizo todas estas cosas sabiendo que él mismo había escrito la carta de su médico y luego la usó como un baluarte cuando se le preguntaba por su propia salud.

3. Trump dirá o hará cualquier cosa para ganar

En la mente de Trump, todo —y cuando digo todo, es todo— está justificado para ganar. Eso significa que los medios siempre se justifican para tener un exitoso final. ¿Dijo que el papá de Ted Cruz pudo haber estado involucrado en el asesinato de John F. Kennedy? Sí. ¿Dijo que los musulmanes celebraron en los techos de Nueva Jersey la noche del 11 de septiembre de 2001? Sí. ¿Sugirió que México estaba enviando criminales y violadores a Estados Unidos? Sí. ¿Puso la violencia de nacionalistas blancos a ambos lados del espectro? Sí.

A la luz de todas estas cosas, falsificar una carta de tu doctor diciendo qué tan increíble estado de salud tienes es al parecer, en la mentalidad de Trump, evidente. ¿A quién le importa? Después de todo, él sabía que él era totalmente saludable —entre la gente más saludable que se haya postulado a la presidencia de Estados Unidos— entonces, ¿cuál es la diferencia si un médico lo dice o no?. Como él lo sabía, entonces debía ser cierto.

En un mundo en el que todo está justificado por el interés propio, nada puede estar fuera de los límites. Y ese, en este momento, es el espacio que Donald Trump ocupa voluntariamente.

4. Eventualmente Trump los traiciona a todos

Bornstein nunca debió haber dejado que Trump le dictara la carta sobre su salud. Pero lo hizo porque tenía una larga relación con Trump y quería tener la gracia del candidato presidencial. Trump usualmente recompensa la lealtad —vean por ejemplo el caso de Michael Cohen— y Bornstein indudablemente creyó que obtendría algún tipo de ganancias por su disposición a dejar de lado la ética médica para complacer al señor Trump.

Sin embargo, la historia sugiere que a aquellos que juraron total fidelidad a Trump casi nunca les pagan en especie. Eres amado y valorado por Trump mientras le estés proporcionando algún tipo de servicio material. Cuando el servicio pare o, Dios no quiera, provoques titulares negativos de Trump, serás despedido con rapidez. (Te estoy hablando a ti, Michael Cohen).

En las entrevistas del martes, Bornstein claramente se sintió traicionado cuando el guardaespaldas de Trump, Keith Schiller, llegó y tomó los registros médicos del presidente de la oficina de Borneasteis. Bornstein no debería sentirse así.

Pero eso es lo que Trump hace. Es quien es él.