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¿Por qué Argentina recurre al FMI?

Por Iván Pérez Sarmenti

(CNN Español) -- El presidente de Argentina, Mauricio Macri, sorprendió el martes con el anuncio de su decisión de recurrir al Fondo Monetario Internacional en busca de auxilio financiero.

La decisión fue anunciada luego de varios días en que la cotización del dólar subió a niveles récord y ni la intervención del Banco Central en el mercado cambiario ni la suba de tasas pudieron controlarlo. Pero, además, el paso del gobierno para el país significa el regreso al endeudamiento con el organismo multilateral, 12 años después de que el gobierno de Néstor Kirchner le canceló en efectivo toda su deuda. Aunque Argentina continuó como miembro del Fondo, mantuvo una relación distante hasta la llegada de Macri a la Casa Rosada a fines de 2015.

Las justificaciones

"Las condiciones mundiales están cada día más complejas, y por varios factores: están subiendo las tasas de interés, está subiendo el petróleo, se han devaluado las monedas de países emergentes, entre otras variables que no manejamos. El problema que tenemos es que somos de los países del mundo que más dependemos del financiamiento externo, producto del enorme gasto público que heredamos y que estamos ordenando", sostuvo Macri.

Así justificó el pedido de “una línea de apoyo financiero” y criticó por elevación al gobierno que lo antecedió, el de Cristina Fernández de Kirchner, que dejó el poder hace ya casi dos años y medio.

Para algunos economistas, como Fausto Spotorno, de la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados, el gobierno recurre al FMI porque “le está costando mucho convencer a los mercados financieros para financiarse”. Y aunque aclara que no necesita financiamiento ahora, “puede que lo necesite más adelante”.

En ese sentido, Spotorno apunta que “ante la volatilidad que tienen los mercados y la poca aceptación que está teniendo Argentina en estos, el gobierno hizo dos cosas: por un lado, fue al Fondo Monetario para ver si hay que negociar algún préstamo en el futuro y, además, para que le dé un poquito de credibilidad al programa de Macri. Tener a alguien que respalde el programa le resulta muy útil”.

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Desde el gobierno insisten en que este regreso al FMI es simplemente un reaseguro y una forma de conseguir un eventual financiamiento a tasas más bajas, en caso de necesitarlo, para que Macri pueda llegar al fin de su mandato con la política fiscal “gradualista” que propone. Aunque ni el gobierno ni el FMI han revelado hasta ahora qué tipo de acuerdo está en discusión, una de las posibilidades sería la apertura de una línea de crédito que Argentina podría utilizar si necesitara.

“Es la mejor alternativa para los argentinos”, sostuvo el miércoles el ministro de Finanzas, Luis Caputo. “Es un reaseguro para un eventual dislocamiento de los mercados internacionales”, agregó. Aunque ni el gobierno ni el FMI han revelado hasta ahora qué tipo de acuerdo está en discusión, una de las posibilidades sería la apertura de una línea de crédito que Argentina podría utilizar si necesitara. Fuentes del gobierno dejaron trascender que apuntarían a una línea del orden de los US$ 30.000 millones.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, justificó el acercamiento al Fondo al sostener el martes en una conferencia de prensa que “hay un cambio en el contexto internacional”. “Estamos integrados al mundo y expuestos a la volatilidad. Hemos decidido buscar financiamiento preventivo para dotar de estabilidad al mercado”, dijo.

Las críticas

Sin embargo, y más allá de la situación internacional, la oposición y algunos economistas señalan algunas cuestiones inherentes a la política económica que el gobierno de Macri llevó adelante y que, según ellos, contribuyeron a que la economía desembocase en la situación actual.

Una de esas cuestiones es el anuncio de las nuevas metas de inflación para 2018, que a finales de 2017 hicieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, los ministros Dujovne y Caputo y el presidente del Banco Central, argentino Federico Sturzenegger. Allí revelaron que la estimación inicial establecida por el Central -un rango del 8% al 12%- pasaba a ser del 15%. “Vamos a trabajar con números específicos y no con rangos", sostuvo Dujovne.

Desde entonces, el riesgo país comenzó a subir por encima al de otros países de la región y la inflación de los primeros tres meses acumulo un 6,7%. Sin embargo, en enero el Banco Central realizó bajó dos veces consecutivas las tasas de interés de referencia, mientras el Relevamiento de Expectativas del Mercado que realiza esa entidad se alejaba cada vez más del 15% para terminar en mayo en el 22%.

Con una inflación que seguía sin controlarse, el Banco Central comenzó a intervenir a partir de marzo en el mercado cambiario con reservas para evitar el alza del dólar y, en consecuencia, más aumentos de precios.

Así, mientras varias monedas del mundo comenzaban a devaluarse frente al dólar, en Argentina el tipo de cambio no tuvo sobresaltos hasta mediados de abril.

Pero con la alta inflación como telón de fondo, los gobernadores radicales y la principal aliada de Macri en Cambiemos, la diputada Elisa Carrió, hicieron públicas sus quejas por el impacto de los nuevos aumentos de las tarifas de servicios públicos.

Mientras el Banco Central intentaba controlar un dólar que parecía indomable, y que no logró doblegar ni vendiendo reservas ni subiendo la tasa de interés del 27,25% al 40% en una semana, la oposición, que hasta ese momento parecía desperdigada, logra consenso para un proyecto de ley que busca retrotraer las tarifas a diciembre de 2017.

A pesar de calificar como “irresponsable” la actitud de la oposición y de amenazar con vetarlo si llegara a convertirse en ley, el miércoles por la noche el proyecto logra media sanción en la Cámara de Diputados, al aprobarse por 133 votos a favor contra 94 en contra.

Para ese entonces, Dujovne ya se encontraba en Washington negociando con el FMI. El dólar, en tanto, volvió a subir, aunque mucho más incipientemente.