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Donald Trump

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El emperador: un tuit de Trump dispara las alarmas de propios y extraños

Por Camilo Egaña

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) -- “No es ni una ciudad elitista ni está llena de conspiradores y arribistas”.

La defensa más apasionada que alguien ha hecho ante mí de una ciudad como Washington la hizo el escritor, columnista y además, prestigiosísimo analista internacional, Moisés Naím. Pero aún con todo lo que Naím —venezolano de nacimiento y washingtoniano de corazón—, diga a su favor, los corredores sociales de la capital de Estados Unidos funcionan como cajas de resonancia de lo que se cuece en las trincheras de la política. Es un hecho. Pero de ahí a citarlos como fuente de información —al menos para CNN— va un mundo de distancia. Por eso, cuando alguien me dijo el sábado que estuviera al tanto de que, a propósito de la conexión rusa, podría saltar una y hasta dos liebres, ahí lo dejé y me pasé a Netflix, que resulta más efectivo que cualquier ansiolítico.

Sin embargo, el tuit del presidente Donald Trump este lunes a las 8:35 de la mañana ha disparado las alarmas de propios y extraños.

“Tengo el derecho absoluto de INDULTARME a mí mismo, pero ¿por qué haría algo así si no he hecho nada malo? ‘’

El mandatario dice que es víctima de una “caza de brujas sin fin”, orquestada desde la bancada demócrata.

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Lo cierto es que, desde hace más de un año, el fiscal especial Robert Mueller investiga la injerencia de Rusia en las últimas elecciones presidenciales en EE.UU. y también es cierto que a Trump, pese a que reitera su inocencia, le enardece el tema.

Y ahora, habla de autoindultarse.

El fallecido expresidente Richard Nixon, durante el escándalo del Watergate, intentó una jugada similar. Su propio Departamento de Justicia le advirtió que no podía hacerlo sobre la base de que "nadie puede ser juez en su propio caso".

Sea lo que fuere, es preocupante ese tuit del presidente porque acusa un desprecio casi absoluto —para usar sus propios términos— de la división de poderes que es la base de la democracia de Estados Unidos y de cualquier nación que apueste por la civilidad. Trump no está por encima de la ley.

Si Donald Trump leyera a los líderes de opinión hispanoamericanos, tal vez ya se hubiera topado con Moisés Naím, que sostiene que el poder en el siglo XXI es "más fácil de obtener, más difícil de usar y más fácil de perder".

Si Donald Trump se zambullera en la historia, ya sabría lo que sus contemporáneos dijeron de ese reyezuelo despótico que fue Luis XIV de Francia, a quien se le atribuye una frase terrible: ‘’El Estado soy yo’’. Cuando lo dijo ante el Parlamento de Paris, si es que lo dijo, era un adolescente que no había cumplido los 17. Donald Trump es un hombre de 71 años.