arrow-downcloseCNNEcomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Lujo

Hay mil billones de toneladas de diamantes en las profundidades de la Tierra

Por Ayana Archie, Ralph Ellis

(CNN) -- Los diamantes en la Tierra son mucho más comunes de lo que pensamos. Alrededor de mil veces más comunes, según el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).

Un nuevo estudio realizado por un equipo interdisciplinario de investigadores empleó la tecnología sísmica (la misma que mide los terremotos) para estimar que mil billones de toneladas de diamantes se encuentran en las profundidades de la superficie de la Tierra.

Eso es 1.000.000.000.000.000. Esto es, 1015.

Sin embargo, no esperes una gran avalancha de diamantes.

LEE: Enorme 'diamante de paz' se vende en unos decepcionantes 6,5 millones de dólares

Los depósitos se ubican entre 144 y 240 kilómetros por debajo de la superficie de la Tierra, mucho más profundo de lo que la maquinaria minera actual permite llegar. La mina Mir Diamond en Rusia, por ejemplo, es el segundo hoyo más grande hecho por el hombre y solo tiene unos 500 metros de profundidad.

publicidad

¿Cómo hicieron los investigadores?

La tecnología sísmica usa ondas de sonido para hacer sus mediciones, ya que sus velocidades cambian según la composición, la temperatura y la densidad de las rocas y los minerales por los que atraviesan.

En lo profundo de la tierra hay cratones, masas de roca con forma de montañas invertidas. Por lo general, son más fríos y menos densos que la roca circundante y producen ondas de sonido más rápidas.

Un diamante en bruto. (Crédito: Donald Bowers/Getty Images North America/Getty Images para Sotheby's)

Pero los científicos observaron que las ondas se volvían aún más rápidas cuando se movían a través del fondo de las cratones.

Así que juntaron rocas virtuales, hechas de posibles combinaciones de materiales, y usando modelos tridimensionales, compararon las velocidades del sonido a través de las variaciones.

El sonido viaja a través del diamante dos veces más rápido que otras rocas, por lo que el equipo de investigadores pensó que tenía que haber algo de dicho material en los cratones.

"Los diamantes son una combinación perfecta porque son un poco más densos, pero no los necesitamos mucho, dijo Ulrich Faul, investigador del Departamento de Ciencias Terrestres, Atmosféricas y Planetarias del MIT y participante principal en el estudio.

Faul, que trabajó en el laboratorio con un equipo de sismólogos, geoquímicos y otros científicos, aumentó ligeramente las cantidades de diamantes en las rocas virtuales, hasta que alcanzaron una combinación que producía las mismas velocidades avanzadas que habían encontrado al usar tecnología sísmica en la verdadera Tierra.

MIRA: Sotheby's subastará el diamante más caro del mundo justo a tiempo para San Valentín

Esa cantidad fue del 1% al 2% del cratón.

Luego, el equipo multiplicó este porcentaje por el volumen total de raíces cratónicas en la Tierra, estimadas mediante un mapeo completo de formaciones rocosas nuevas y antiguas. Resultó ser un trillón de toneladas. Eso es al menos 1.000 veces más diamantes de lo que los científicos esperaban.

LEE: El diamante azul real llega al mercado público por primera vez en 300 años

¿Cómo se forman los diamantes?

Faul dijo que la ubicación de los diamantes en la base de los cratones tiene más sentido, ya que los diamantes se forman mediante presión extrema y calor extremo, por lo que el peso de toda la roca proporciona las condiciones ideales para su formación en el manto de la Tierra.

Los diamantes que terminan en collares y anillos se acercan a la superficie de la Tierra, generalmente a través de erupciones volcánicas, dijo Faul a CNN.

El estudio también incluyó investigadores de diversas instituciones nacionales e internacionales, incluidas la Universidad de California en Berkeley, la Universidad de Harvard, la Universidad de Melbourne y la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, entre otros.