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Estados Unidos

Esto es lo que hizo Jeff Flake. Y lo que significa para Brett Kavanaugh

Por análisis de Chris Cillizza

(CNN) -- Cuando los republicanos de la Comisión Judicial del Senado estaban a punto de su votación 11-10 a favor de recomendar la confirmación de Brett Kavanaugh a la Suprema Corte de Estados Unidos, el senador por Arizona Jeff Flake cambió de opinión. 

Y ese cambio de opinión lo cambió todo, al menos temporalmente.

Esto es lo que pasó, es complicado:

1. Flake votó por Kavanaugh para salir de la Comisión. Pero también dejó en claro que no votaría por Kavanaugh en el pleno del Senado sin una investigación del FBI sobre la acusación de abuso sexual en su contra, una acusación que el nominado ha negado con vehemencia.

2. Eso solo no significa mucho. Si los republicanos únicamente perdieran a Flake, tendrían 50 votos a favor de la confirmación de Kavanaugh cuando suceda la votación programada para el martes. Eso permitiría al vicepresidente Mike Pence romper el empate y Kavanaugh sería confirmado.

3. Pero Flake, así como la senadora demócrata por Minnesota Amy Klobuchar, sugirió que había otros republicanos que pensaban lo mismo que él. Es decir, que no apoyarían la confirmación de Kavanaugh a menos de que se realizara la investigación del FBI. Presumiblemente, esos senadores son Susan Collins, de Maine, y Lisa Murkowski, de Alaska.

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4. Nada de lo que hizo Flake era vinculante, hasta que la Casa Blanca y el líder de la mayoría en el Senado Mitch McConnell intervinieron. McConnell solicitó formalmente a la Casa Blanca ordenar al FBI una verificación de antecedentes complementaria, que "se limitaría a actuales acusaciones creíbles en contra del nominado y que debería completarse a más tardar en una semana a partir de hoy".

El senador republicano Jeff Flake.

El anuncio de la Comisión Judicial del Senado significa que McConnell, como se esperaba, ha cedido ante el hecho de que actualmente no cuenta con los votos.

Presumiblemente, Flake no habría a) hecho la solicitud de la investigación de una semana del FBI y b) votado por Kavanaugh para salir favorablemente de la Comisión a menos que c) él supiera que tenía de su lado a Murkowski y/o Collins (u otro republicano). (Murkowski confirmó a reporteros tras la sesión que ella apoyaba la propuesta de Flake).

El presidente Donald Trump cedió ante lo inevitable la tarde del viernes y ordenó la investigación del FBI.

Ahí es donde nos encontramos.

Con Flake y Murkowski diciendo ahora públicamente que no apoyarán a Kavanaugh a menos de que haya una investigación del FBI, las manos de McConell están prácticamente atadas. Él no va a desafiar la jugada de Murkowski y Flake por temor a que ellos cumplan su promesa y la nominación de Kavanaugh fracase por un solo voto.

A principios de esta semana, el presidente expresó públicamente su insatisfacción por el hecho de que la votación sobre Kavanaugh aún no hubiera ocurrido.

Trump, como McConell, podría no haber tenido muchas opciones en la situación. Si las opciones son a) negarse a pedirle al FBI que reabra la verificación de antecedentes y perder a Kavanaugh o b) permitir la investigación del FBI y, asumiendo que no se encuentre nada que incrimine a Kavanaugh, regresar al redil a Flake y Murkoski (y a cualquier otro senador republicano rebelde) para que respalden al juez, entonces Trump tenía una sola opción.

El principal cabo suelto que queda, por supuesto, es si Kavanaugh decide -- frente a una demora de una semana -- simplemente retirarse. Durante su testimonio del jueves, él insistió en que no lo haría. Pero también fue muy claro al decir que creía que el voto debía ocurrir inmediatamente. ¿Este retraso cambiara algo para Kavanaugh?

¿Y qué hay de Trump? El presidente es tremendamente voluble. Él ha hablado públicamente de lo que pasaría si se viera obligado a cambiar a Kavanaugh.

¿Este retraso forzado le hará doblar las manos y simplemente avanzar a otro nominado que sea menos problemático?

Más preguntas que respuestas. Pero lo que queda claro es que ahora que Flake y Murkoski están resistiendo, a McConell y Trump no les queda más que aceptar un retraso de una semana, algo que hace unos días descartaban totalmente.