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El caso Colmenares y otras famosas muertes sin resolver en Latinoamérica

Por CNN Español

(CNN Español) – Primero una fiesta de Halloween. Después la tragedia. Aunque parezca la trama de alguna película de terror, así empezó el caso que ha mantenido en vilo a Colombia durante los últimos 8 años: la muerte del estudiante Luis Andrés Colmenares, cuyo cuerpo apareció en un caño al norte de Bogotá el 31 de octubre de 2010.

Lo que le ocurrió a Colmenares, entonces de 20 años, desde que salió de una discoteca en la madrugada hasta que finalmente hallaron su cadáver horas después, permanece bajo un manto de duda pese a que ya hay dos sentencias judiciales… Sin ningún condenado. El caso, inicialmente tratado como un suicidio, cobró relevancia tras la exhumación del cuerpo un año después, cuando la familia insistió en que su muerte se debía a un asesinato y la Fiscalía empezó a investigarlo como tal.

A partir de entonces, su nombre no ha dejado de protagonizar titulares. Tanto así que a principios de este mes, Netflix anunció que trabaja en una producción sobre el caso que se estrenaría en 2019. Ahora que se cumplen ocho años desde que Colmenares murió, recordamos su caso y otras muertes famosas en Latinoamérica que siguen sin resolverse.

Colombia: el caso Colmenares

Luis Andrés Colmenares, estudiante de la Universidad de Los Andes, salió de su casa en Bogotá la noche del 30 de octubre de 2010. Iba disfrazado de diablo para lo que sería una fiesta de Halloween con sus amigos de estudio en una discoteca ubicada al norte de Bogotá. Lo recogió Laura Moreno, una de sus compañeras y la otra protagonista de este caso. Para ese momento, Colmenares y Moreno eran más que amigos aunque sin un noviazgo formal o, en palabras de la juez de uno de los procesos, tenían una relación superficial y “apenas se estaban conociendo”.

Terminada la fiesta aproximadamente a las 3 de la mañana del 31 de octubre, Colmenares y Moreno salen de la discoteca Penthouse, junto a la amiga de él Jessy Quintero, porque Luis Andrés quería comerse un perro caliente que en Bogotá suelen venderse en la calle: estaba borracho. Una vez lo compraron, relató Laura, él sale a correr, mientras ella intenta detenerlo dos veces sin éxito y terminan en el caño El Virrey, al norte de la ciudad, lugar al que él se lanza y ella deja de verlo. Mientras todo esto ocurre, Moreno le narra los hechos a Jessy Quintero por teléfono y después sale a dar aviso a la policía de que Colmenares acababa de lanzarse al caño. Entonces empieza una búsqueda infructuosa, con bomberos incluidos, por encontrarlo. Sin embargo, el cuerpo lo hallan hasta entrada la noche, aproximadamente 16 horas después de que se reportara la supuesta caída.

A Colmenares lo enterraron en Villanueva, La Guajira, al norte de Colombia, dónde él había nacido. Sin embargo, el caso se reabre un año después y la Fiscalía empieza a indagar la tesis del homicidio. El cuerpo se exhumó y en una nueva necropsia –que ha sido puesta en duda por las autoridades judiciales– aparecen golpes, lesiones y fracturas que no corresponden al de una caída de altura. Además, siempre quedó la duda de que Colmenares, aunque estaba borracho, se hubiera ahogado con el cauce poco abundante que había en el caño. Llegan entonces años de audiencias, interrogatorios, sospechosos, testigos falsos y cambio de fiscales.

Laura Moreno –quien siempre se mantuvo en su versión de la caída y negó cualquier supuesto asesinato de Colmenares– fue acusada por la Fiscalía de ser coautora del homicidio. La tesis de la entidad fue que el cuerpo de Luis Andrés no se encontró en la búsqueda inicial porque no estaba en el caño: fue atacado y golpeado en otro lugar por terceros y con ayuda de Moreno, quienes después lo dejaron en este lugar. A Jessy Quintero la acusaron de encubrimiento y falso testimonio porque respaldaba la versión de Laura. Sin embargo, en 2017, las dos fueron absueltas de los cargos por una juez de Bogotá, quien argumentó que la Fiscalía no solo no pudo probar la responsabilidad de Quintero y Moreno sino que tampoco comprobó la tesis del asesinato. Según el fallo, Colmenares murió producto de la caída. Una decisión que fue apelada por la Fiscalía y cuyo futuro está en manos del Tribunal Superior de Bogotá.

Ahora, del mismo caso se desprendió un proceso contra Carlos Cárdenas, exnovio de Laura Moreno, quien fue acusado por la Fiscalía de ser coautor del asesinato de Colmenares. La Fiscalía insistió en su tesis de que el cuerpo recibió varios golpes con diferentes fuerzas y en momentos diferentes, que no correspondían con una caída. Algo en lo que Cárdenas tendría responsabilidad, a pesar de que siempre negó los señalamientos. Finalmente, el juez de primera instancia decidió absolverlo por no encontrar pruebas concluyentes que lo vincularan al caso. Decisión fue ratificada por el Tribunal Superior de Bogotá en 2014, que determinó que Cárdenas no puede ser considerado responsable. Sin embargo, los magistrados sí señalaron que la causa de muerte de Colmenares fue producto de un homicidio y no un accidente, lo que contradice la tesis de la juez en el proceso de Quintero y Moreno.

México: desaparición y muerte de Paulette Gebara

Una imagen con información sobre la desaparición de la pequeña Paulette Gebara, cuando su cuerpo aún no se había encontrado. (Crédito: Ronaldo Schemidt/AFP/Getty Images)

Paulette Gebara tenía cuatro años cuando desapareció de su casa en México el 22 de marzo de 2010. No podía hablar y necesitaba ayuda para caminar. Sus padres explicaron que la acostaron el domingo por la noche y al día siguiente ya no estaba. Los esfuerzos por encontrarla acapararon mucha atención en el país y se designaron 30 investigadores para su caso. En internet, páginas web de amigos de la familia y otros pedían ayuda para dar con su paradero.

Pero, el caso tuvo un giro abrupto 9 días después: el cuerpo de Paulette fue hallado entre el marco de su cama y el colchón, en su habitación, según informó en su momento el fiscal general del Estado de México, Alberto Bazbaz. Los restos estaban cubiertos por sábanas y una cobija: lo que llamó la atención de los investigadores fue el olor a descomposición. En un principio, Bazbaz apuntó que la principal sospechosa era la madre, Lisette Farah. “No tengo dudas de que se trata de una investigación por homicidio. En este momento, podemos decir que Lisette es una sospechosa”, sostuvo Bazbaz. Los padres de la niña y dos niñeras fueron detenidos, pero no acusados. En ese entonces, se determinó que la causa de la muerte de Paulette fue “asfixia que obstruyó sus vías respiratorias y comprimió su tórax”, añadió el fiscal.

Las dudas sobre cómo permaneció el cuerpo tanto tiempo en ese lugar sin ser detectado empezaron a aumentar. Sin embargo, tras un par de semanas, a finales de mayo, el mismo Bazbaz señaló que tras la investigación se concluyó que la muerte y asfixia de Paulette fue accidental, por lo que no procede ninguna acción penal contra nadie y aclaró que el proceso inicial fue apresurado. Palabras más, palabras menos: que la niña se asfixió accidentalmente. Ante los cuestionamientos que generó esta afirmación, Bazbaz decidió renunciar a su cargo de fiscal general ese mismo mes.

Argentina: Alberto Nisman, de suicidio a asesinato

Las circunstancias que rodearon la muerte del fiscal Alberto Nisman el 18 de enero de 2015 provocaron dudas desde el principio. Nisman apareció sin vida con un tiro en la cabeza en el baño de su departamento de Buenos Aires. Apenas cuatro días antes había denunciado a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a varios funcionarios del gobierno por el supuesto encubrimiento de los acusados iraníes por el atentado a la mutual judía AMIA en 1994, que dejó 85 muertos.

El fiscal Alberto Nisman fue encontrado muerto en su apartamento en Puerto Madero el 19 de febrero de 2015, en horas de la madrugada.

Aunque al principio se habló de un suicidio, el pasado 1 de junio, la justicia de segunda instancia a través de la Cámara Federal ratificó que el fiscal fue asesinado en “directa consecuencia de la denuncia por encubrimiento contra la expresidenta Cristina Fernández”. Ahora, este fallo no es un señalamiento directo contra la exmandataria, quien ha dicho que los señalamientos de su relación con el crimen del fiscal son “un disparate” y no tienen fundamentos.

El juez Julián Ercolini señaló que la muerte de Nisman “habría sido producida por terceras personas y en forma dolosa”. De acuerdo al recuento de los hechos que hace el juez, Nisman fue asesinado con el arma de Diego Lagormarsino, quien fue la última persona en estar en el departamento del fiscal. "Lagomarsino un eslabón más de la compleja cadena de personas que de una u otra forma condujeron el destino de Nisman al conocido final”. Lagomarsino, quien admitió haber prestado el arma al fiscal, ha negado haber participado en el homicidio.

Perú: el asesinato de Myriam Fefer

La principal acusada del homicidio de Myriam Fefer, una empresaria peruana que fue asesinada en su casa de Lima el 15 de agosto de 2006, fue su propia hija: Eva Bracamonte Fefer. Durante años, las autoridades señalaron a la joven de parricidio por lucro, a pesar de que ella se mantuvo en que era inocente. Y también identificaron como autor material confeso al colombiano Alejandro Trujillo Ospina, quien fue sentenciado a 35 años de cárcel en octubre de 2012.

El caso requirió dos juicios orales. En el primero, Bracamonte fue condenada a 30 años de cárcel en 2012 y declarada culpable del crimen de parricidio, pues se estableció que Trujillo no entró a la vivienda de Fefer a robar sino a asesinarla. Además, lo habrían ayudado a ingresar a la casa. Sin embargo, casi un año después, en septiembre de 2013, un magistrado anuló el juicio y ordenó la libertad de Bracamonte bajo el argumento de que se le vulneró el debido proceso.

En el segundo procedimiento, Bracamonte fue señalada de homicidio por lucro. Según el Ministerio Público Bracamonte pretendía acceder de inmediato el legado que le dejaba el padre de Fefer, pero eso no era posible si su madre continuaba viva. De ahí que para la Fiscalía ella haya contratado los servicios ilícitos de Trujillo Ospina para el crimen. Sin embargo en diciembre de 2015, la Sala Penal para Reos de la Corte Superior absolvió a Bracamonte del parricidio –primer juicio– por considerar que no se probó su responsabilidad. Un fallo que fue ratificado por la Corte Suprema con el argumento de que la Fiscalía no presentó testigos directos sobre el supuesto acuerdo delictivo entre Bracamonte y Trujillo.