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Evidencia de ADN da con el asesino de una niña 38 años después

Por Ganesh Setty

(CNN) -- Después de casi 38 años agonizantes, la familia de Kelly Ann Prosser finalmente tiene un cierre.

La policía en Columbus, Ohio, informó el viernes que descifró el caso sin resolver sobre quién secuestró, agredió sexualmente y mató a la niña de 8 años, todo gracias a pruebas genealógicas y un podcast que rastrea la historia del caso.

Los investigadores dicen que el 20 de septiembre de 1982, Kelly Ann fue secuestrada en el distrito universitario de Columbus mientras caminaba a su casa desde la escuela primaria Indianola. Dos días después, su cuerpo fue descubierto en un campo de maíz en el cercano condado de Madison, según el subdirector de policía de Columbus, Greg Bodker, durante una conferencia de prensa el viernes.

Los detalles del caso de la fiscalía de Ohio dicen que Prosser había sido golpeada, agredida sexualmente y estrangulada.

Lo que quedó atrás fue lo que, después de años, ayudó a los investigadores a resolver el caso.

Kelly Ann Prosser desapareció en 1982.

"Este es un caso que a lo largo de los años todo el CPD quiso resolver, y un caso que afectó a todos los integrantes a nivel personal", dijo Bodker. "Imagínese en 1982 recolectar algo que no sabía que algún día existiría: el ADN".

El sospechoso fue liberado meses antes de matar

Después de una de las "investigaciones más intensas" del departamento de policía, la evidencia preservada de la escena del crimen resultó ser la clave para resolver el caso décadas después, indicó Bodker.

Bodker identificó al asesino de Prosser como "Harold Warren Jarrell", un hombre ahora fallecido que no fue mencionado en el archivo del caso original de Prosser.

En 1977, Jarrell fue acusado y condenado por secuestrar a otra niña de 8 años de Tamarack Circle, en el lado norte de Columbus. Fue liberado en enero de 1982, ocho meses antes del secuestro de Prosser, informó  el sargento Terry McConnell.

Hasta el momento no es sospechoso de ningún otro delito en Columbus, según Bodker.

En una declaración leída en voz alta por McConnell durante la conferencia de prensa del viernes, la familia de Prosser agradeció a la policía por su dedicación a su caso durante casi cuatro décadas.

"Cuando Kelly Ann se fue a la escuela, la mañana del 20 de septiembre de 1982, no esperábamos que nuestro tiempo con ella terminara abruptamente o que nuestro futuro cambiara en todas las formas imaginables".

"En un momento tuvimos a esta deslumbrante y traviesa niña de 8 años, luego, de repente, todo lo que nos quedaba eran recuerdos, fotografías que nunca envejecerían, un calendario que marcaba unas nuevas festividades terribles, una tumba y piezas de la vida de Kelly almacenadas en una caja", decía la declaración.

Rastreando parientes

Cerca de 2014 o 2015, el ADN recolectado se ingresó en el CODIS, una base de datos nacional de muestras de ADN utilizadas por la policía, pero no se encontraron coincidencias de la base de datos, reveló McConnell.

En marzo, el departamento de policía se asoció con Advance DNA, una compañía forense de investigación de genealogía, que utilizó la muestra de ADN para ensamblar un árbol genealógico para el posible sospechoso y proporcionar pistas adicionales para los detectives, dijo McConnell.

Jarrell trabajó para una estación de radio local en Columbus durante gran parte de los años setenta y ochenta, mientras realizaba otros trabajos extraños durante su tiempo allí. Aunque ya había muerto en Las Vegas, la policía pudo confirmar el vínculo entre Jarrell y Prosser después de obtener muestras de ADN de los parientes vivos de Jarrell, explicaron las autoridades.

Después de seguir las nuevas pistas de Advance DNA, los detectives también se dieron cuenta de que un aviso anónimo de 2014 citó un "nombre similar" al de Jarrell, aunque en ese momento no se verificó debido a la información limitada, contó sargento.

AdvanceDNA señaló en un comunicado a CNN que su equipo "aprovechó las coincidencias de ADN con el perfil de ADN proporcionado por la División de Policía de Columbus" y que las coincidencias de ADN provenían de usuarios de dos compañías de pruebas genéticas que habían optado por la aplicación de la ley.

"En el caso de Kelly no hubo coincidencias cercanas, en su lugar se desarrollaron mediante la conexión de una serie de primos terceros", indicó la compañía.

Alec Snyder de CNN contribuyó a este informe.