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OPINIÓN | Trump ha revelado su estrategia de campaña 2020

Por Julian Zelizer

NOTA DEL EDITOR: Julian Zelizer, analista político de CNN, es profesor de Historia y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton y autor del libro, “Burning Down the House: Newt Gingrich, The Fall of a Speaker, and the Rise of the New Republican Party”, próximo a salir. Sígalo en Twitter: @julianzelizer. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas. Ver más opinión en CNNe.com/opinión.

(CNN) -- El viernes por la noche en Dakota del Sur, el presidente Donald Trump pronunció su discurso del fin de semana del 4 de julio sobre los monumentos. De pie ante los presidentes tallados en el Monte Rushmore, Trump criticó el “asalto radical” en el estilo de vida estadounidense que, según él, proviene de la izquierda. Sus oponentes han emprendido, dijo, una “campaña despiadada para borrar nuestra historia, difamar a nuestros héroes, borrar nuestros valores y adoctrinar a nuestros hijos”.

El argumento en sí tiene muy poco peso. Trump se equivoca si piensa que involucrarse seriamente en las complejas realidades del pasado de nuestra nación es un acto para borrar nuestra historia. Las personas que niegan que el racismo esté incrustado en la evolución de nuestra democracia son quienes están borrando nuestra historia.

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Amar a este país y comprenderlo significa lidiar con los matices de nuestros antiguos líderes, nuestras políticas y nuestra cultura. El presidente Abraham Lincoln, que vio a la nación literalmente desgarrada por la institución de la esclavitud, sería el primero en admitir la necesidad de tener en cuenta nuestros fracasos nacionales (por cierto, su impacto en este país también está bajo escrutinio debido a sus políticas perjudiciales hacia los nativos americanos).

Hay una razón por la cual el presidente Trump se está centrando en la controversia que rodea a los monumentos de importantes figuras históricas que apoyaron la esclavitud o el racismo. Es su último esfuerzo por utilizar las guerras culturales como un medio para superar la enorme brecha que existe entre las políticas económicas de su administración y las necesidades básicas de los estadounidenses de clase media.

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Desde Ronald Reagan, los presidentes republicanos han tenido que conciliar sus propias políticas económicas, que en gran medida benefician a las empresas y a los ricos, con la creciente retórica populista a la que responde su base.

En su nuevo libro, “Let Them Eat Tweets”, los politólogos Jacob Hacker y Paul Pierson narran astutamente las formas en que el Partido Republicano ha intentado navegar esta contradicción fundamental. Mientras que algunos conservadores en otros países se han movido hacia el centro de manera conciliadora y acordaron aumentar los impuestos para apoyar una red de seguridad social, el Partido Republicano ha desmentido esta estrategia a favor de dividir el electorado a través de una retórica social incendiaria para reunir partidarios que de otra manera encontrarían que las políticas económicas de los demócratas son más atractivas.

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El presidente Trump ha dominado este enfoque político. Desde que asumió el cargo, no ha presionado por muchas políticas destinadas a mejorar las circunstancias económicas de los estadounidenses de clase media que están luchando. Su receta de recortes y desregulación de impuestos por el lado de la oferta continúa una tendencia de décadas que ha ayudado a impulsar la división económica y la inseguridad de la clase media.

Su respuesta a la pandemia también ha puesto en peligro a millones de estadounidenses que trabajan. Al ignorar a los expertos en salud pública, poner su peso detrás de las reaperturas rápidas, burlarse del uso de mascarillas faciales y minimizar la necesidad de distanciamiento social, ahora nos enfrentamos a un aumento en los casos de covid-19 y estamos mirando la posibilidad muy real de otro cierre nacional de emergencia.

Los efectos económicos a largo plazo serían devastadores. Las empresas que sobrevivieron a la primera ronda podrían no pasar por otro cierre. Y luego están los trabajadores de primera línea que se verán obligados a seguir trabajando en condiciones peligrosas. Muchos de sus hijos, que necesitan educación para progresar económicamente, podrían quedarse atrás si las escuelas no vuelven a abrir en el otoño boreal. Si el presidente hubiera tomado medidas activas para contener el coronavirus y hubiera logrado una reapertura lenta y cautelosa, podríamos habernos unido a la lista de naciones que actualmente están en camino a la recuperación económica.

Avivar la controversia de los monumentos es la más reciente polémica retórica de un presidente cuyas políticas económicas están fallando a los estadounidenses trabajadores y de clase media. Al hacerlo, el presidente Trump reveló su estrategia de campaña 2020: hará todo lo posible para explotar las tensiones culturales en un intento por superar el hecho de que tantos estadounidenses responderían a la famosa pregunta de Reagan: "¿Estás mejor de lo que estabas cuatro años?" con un rotundo “no”.