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| El comedor comienza a funcionar temprano a la mañana para servir el desayuno y luego siguen con la preparación del almuerzo. A la hora de comer, la gente comienza a llegar hasta colmar el lugar.
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| Su fundación hoy tiene centros médicos, odontológicos, de atención a víctimas de violencia familiar, talleres, biblioteca y dos jardines de infantes.
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| Uno de sus últimos proyectos es la huerta hidropónica, que comenzó a funcionar este año gracias al aporte de la ONG Huella Verde y Coca Cola.
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| Margarita Barrientos no para. A su pesar, sabe que miles de personas dependen de su fundación para comer cada día.
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| Hoy Margarita Barrientos significa mucho más que la posibilidad urgente de un plato de comida. La gente se acerca para saludarla, contarles sus penas o pedirle consejos. Casi como a una madre.
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| "Empezamos dando de comer a 15 niñitos y a un abuelo. No teníamos teléfono, era todo muy precario, el agua la teníamos lejos, teníamos que ir a buscar y después con la ayuda de mucha gente fue creciendo y aquí está", relata frente al comedor de su fundación que hoy alimenta a 2.600 personas todos los días.